Los bíceps de Pablo Alborán

Poco se hablaba últimamente de él. Se dio un tiempo de relax y desconexión, aunque ahora ha vuelto al candelero, pero no él, sino los bíceps de Pablo Alborán. Atrás quedó el chico apocado que se dio a conocer grabándose en Youtube cantando canciones de amor. Ahora, sus brazos, sus grandes brazos, le están quitando protagonismo, pero a Pablo parece no importarle.


Con la sombra de un nuevo disco, el cuarto, de fondo, sólo hay que darse una vuelta por la cuenta de Instagram del cantante malagueño para ver que el chico se gusta cada vez más  y no le importa compartirlo con el mundo.

Y es que para algo se cuida, aunque de eso presuma poco en redes sociales, ya que apenas se le ve machacándose en el gimnasio. Al chico le gusta la práctica deportiva al aire y es muy habitual verlo retratado con su bici en la calle, eso sí, apretando brazos, para que se noten los bíceps.


Y es que haga lo que hago, los nuevos brazacos de Alborán están en primer plano. Que si juego con mi perro, pero sin camiseta y flexionando brazos. Que se me hacen una entrevista, pero mira la masa muscular que tengo.  Me marco un paseo por el medio del campo con camiseta blanca y ceñida que marquen mis bíceps.

Me estudio las letras de mis nuevas canciones con el Ipod, pero ahora te enseño el brazo derecho, en el que me apoyo, y que también lo tengo petado. Y lo mismo si ensayo o grabo los temas, no me separo de mi camiseta de mangas cortas para que lo que más sobresalga en esta bella foto en blanco y negro sean... sí... los brazos.


No es un secreto de Estado, la afición de Pablo Alborán por la práctica deportiva. Incluso cuando se encuentra de gira, cualquier momento es bueno para ejercitarse un poco y así desestresarse antes de una actuación.  Por ello, si el hotel tiene gimnasio, e machaca en él, pero, si no, suele salir a correr o nadar, además de su gran amiga la bicicleta.

Como tampoco lo es su pasión por la manga corta, sea la época del año que sea. Sólo hay que retroceder a sus inicios de 'youtuber' para ver a un Pablo Alborán más joven y apocado, con manga corta, aunque con pañuelo al cuello, para no coger frío. Ahí cantaba aquello de Solamente tú y ahora lo entiendo todo: era una clara canción de amor, una oda a sus bíceps, los bíceps de Pablo Alborán.




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