Amenábar y su tableta de chocolate

Cuando menos lo esperas, salta la liebre y eso es, precisamente, lo que ha ocurrido esta semana al descubrir en redes sociales a Amenábar y su tableta de chocolate. Después del sabor agridulce, más agrio que dulce, que el cineasta me dejó con su última película o telefilme, Regresión, esta instantánea me ha vuelto a endulzar el paladar.


En plena semana de celebración del World Pride Madrid, el director chileno, pero afincado en España, organizaba una fiesta en la terraza de su ático en la Plaza de España de Madrid, junto a su marido David Blanco, y saltaba el escándalo (por darle emoción al asunto). Todos nos hemos quedados patidifusos al ver circular por las redes una foto de seis chulazos sin camiseta, orgullosos, más que de su condición sexual, de haberse conocidos.

Oye, ¿ese no es el ex Supervivientes?, se preguntaban algunos al descubrir en el centro de la foto  Eliad Cohen, sin reparar, en un primer avistamiento, que entre tanto derroche de músculos y carne tersa se ocultaba otro rostro conocido, muy conocido, y ganador de un Óscar. Efectivamente, ese chico bajito y con cara de niño bueno, que parece haberse comido a Hulk no es otro que Alejandro Amenábar.


El gusano de seda parece haberse convertido en mariposa o la cucaracha en Gregorio Samsa, según la metamorfosis explicada por Luisgé Martín en su libro El amor del revés. Aquel chico apocado y que apenas levantaba la vista del suelo, que triunfó con su ópera prima Tesis, cuando se desconocía su tendencia homosexual, parece que ha asimilado esta transformación y le sienta bastante bien.

A sus 45 años, un marido y seis películas en su haber en 21 años, Amenábar se ha liado la manta a la cabeza y está dispuesto a disfrutar de la vida y a vivir su homosexualidad. Y qué mejor que hacerlo con una fiesta en la que Alejandro, tonto él, se ha rodeado de chulazos con los que presumir de cuerpo. Y que se mueran los feos.

Y es que el director de cine tiene mucho que celebrar en su terreno personal, ya que este año será nuevamente la persona encargada de dar el pregón del Orgullo Madrid, junto con otros rostros conocidos, como Cayetana Guillén Cuervo,Javier Calvo, Javier Ambrossi o Pepón Nieto, entre otros.

Exposición pública

Además se cumplen dos años desde que contrajera matrimonio, con el 10 años más joven que él , David Blanco. Ambos se conocieron hace siete años tras el éxito de la película Mar Adentro. Pronto se fueron a vivir juntos y, aunque, han sido muy celosos de su intimidad, en los últimos años no han tenido reparo en mostrarse en público.

Así lo hicieron en algunos de los capítulos del Reality de Alaska y Mario, en varias temporadas, uno de ellos, en los días previos a su enlace matrimonial. O como lo están haciendo ahora, luciéndose sin reparos en su celebración de la diversidad.

Y es que lo que no se le puede negar a Amenábar, me gusten más o menos sus películas, es que se ha convertido en todo un abanderado del colectivo gay desde que reconociera su homosexualidad en una entrevista en 2004. Recientemente participó en una concentración en la embajada de Rusia en Madrid contra la persecución que sufren los gays en Chechenia.

Bien por Alejandro Amenábar y la normalización de su vida sentimental, por su implicación con el colectivo LGTBI, pero, sobre todo, bien por Amenábar y su tableta de chocolate, que tenía tan bien escondida.



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