Griezmann y la homosexualidad en el fútbol

El otro día pillé a dos chicos en el vestuario de mi gimnasio hablando de fútbol. No, esto no es la novedad, ya que es lo que más se escucha a gritos entre ducha y ducha. Pero lo hacían de un tal Griezmann y la homosexualidad en el fútbol, por lo que mis antenas se activaron en la búsqueda de señal y lo que escuché no tenía desperdicio.


Al parecer este futbolista francés de 26 años de edad que milita en las filas del Atlético de Madrid había concedido una entrevista para el diario El País asegurando que "los futbolistas no salen del armario porque tienen miedo". No es que haya descubierto América con esta afirmación, pero se agradece que un chico de su edad y toda una estrella del balón hable de este tema sin tapujos.

El futbolista, considerado el tercer mejor del mundo tras Ronaldo y Messi, otros dos iconos gays, va más allá y asegura "que en el fútbol no es habitual porque nos hacemos los duros y los fuertes. Y tenemos miedo a lo que puedan decir. Yo no tengo nada en contra: respeto a todo el mundo".

Esto queda muy bien, es como decir que tengo muchos amigos gays. Pero Antoine no tiene reparos en reconocer que hay "gente mala en el fútbol" y por eso, los posibles futbolistas gay "pueden tener miedo a ir a los estadios y que les insulten. Yo creo que lo haría. Claro, es más fácil decirlo cuando no tienes que pasar por ello".

Descubriendo a Griezmann 

La entrevista del suplemento ICON no tiene desperdicio, homosexualidad y fútbol aparte, descubriendo a un Griezmann presumido con su pelo y al que le gusta el estilo. Reconociéndose todo un admirador de su colega de profesión David Beckham. "Cada vez que va a un acto siempre hay flashes sobre él y eso indica que llama mucho la atención. Por su pelo, el traje que lleva, la clase que tiene... Eso es lo que más me gusta".

Pero el periodista vuelve en la entrevista a los comportamientos homoeróticos en el terreno de juego, le debía interesar, preguntándole por qué los futbolistas se dan tantas palmaditas en el culo.

"No sé.  A veces también acariciamos el pelo del compañero. Eso en la calle no lo hacemos, es verdad. Creo que lo del culo es porque es la parte que está más cerca de la mano (risas). No creo que sea cariño. Yo por tocarle el culo a alguien no le voy a tener más aprecio. Es más como para bromear".

Es bueno saberlo. Pero lo que no le gusta, además de raparse su pelo por un título, es celebrar un gol con un beso en la boca algún compañero.  "A veces, cuando ganas algo importante, se hacen esas cosas… A mí no me gusta, pero igual lo hago dentro de un año, cuando gane un Mundial o la Champions. Depende de la felicidad que puedas tener".


Como últimas curiosidades de este niño grande que juega a ser futbolista en los terrenos de juego,  destacar que no le gustan sus piernas, aunque estén valoradas en 100 millones de euros. ¿La causa? De nuevo la moda y el estilo, ya que, asegura, " a veces me quiero poner un pantalón pitillo y con los muslos y los gemelos tan musculosos no me gusta cómo me quedan".

Pobrecillo. Ya quisiera tener yo sus muslos y gemelos musculados... Pero, lo que más me ha gustado, de este niño del fútbol, aunque ya no lo haga es que  solía ponerse para jugar, porque le daba suerte, eran unos calzoncillos de Bob Esponja.  "Al principio me hacían muchas bromas, pero luego los compañeros ya estaban muy acostumbrados".

Normal, pero yo me pregunto cuál habrá sido la reacción en los vestuarios, además de lo que ya vimos en el documental sobre futbolistas argentinos,  sobre Griezmann y la homosexualidad en el fútbol.





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