La tabla de Luis Figo


Como un Dios bajado del Olimpo se ha reaparecido este verano y todo el mundo habla sin cesar de la tabla de Luis Figo. Y no se refieren a la de surf, con la que ha posado en su cuenta de Instagram, sino a la que luce en unos abdominales que nos han dejado con la boca abierta y su correspondiente babilla.

Parece que el verano se pone interesante. Ya que Cristiano nos ha dejado sin fiesta de testosterona en alta mar, jugando a ser papá, y Bustamante ya no luce abdominales y mujercita en la playa, agriado con la separación, el ex futbolista portugués nos ha sacado de este estupor estival.

A sus 44 años tan bien llevados, la vieja guardia del fútbol, y vaya guardia, ha tenido que poner las cosas en su sitio y dejar claro que donde hubo retuvo. Abajo los yogurines insulsos que no saben llevar con naturalidad y elegancia un buen físico musculado. Esas caras agrias y de apretar en el baño no se llevan, por muy cachas que seas, para salir en las fotos. Mirad y aprender de los puretas del vestuario.

Aunque colgó las botas en el año 2009, tras una exitosa carrera en clubes tan  importantes como Barcelona, Real Madrid o Inter de Milán, Luis Figo sigo conservando un físico imponente y, quizás, si me apuras, mucho mejor que en su años de deportista en activo.

Este tiarrón de metro y ochenta centímetros, que parece el tío duro de una película de acción de los 80, está disfrutando de sus vacaciones en familia y comparte con el mundo todos y cada uno de los pasos que da en sus redes sociales.




Vida pública en redes sociales

Un simple paseo por su cuenta de Instagram sólo puede servirte para acabar tirándote de los pelos de poder comprobar que la perfección existe y no se ha autodestruido. Que si entreno por un pasaje paradisíaco, con la camiseta toda sudada; que si grabo un boomerang saltando del trampolín de la piscina; que si poso con mi hija en microbañador, presumiendo de vástago y de lo bueno que estoy... y así hasta decir basta.

Pero, luego, se viste, hace vida pública, y sigue manteniendo el mismo encanto que minutos antes cuando lo vimos en traje de baño. Lo mismo le sienta bien un traje de chaqueta oscuro, aunque estemos en verano, que unos vaqueros, siempre ajustados, con una camiseta más informal. Pero eso así, siempre con esas gafas de aviador, que le dan un toque de rollo chulo, que nos encanta.

Un chico de vestuario

Y es que Luis Figo es uno de esos deportistas que nunca deberían abandonar los vestuarios de chicos. Debo reconocer, si aún no se ha notado, que es una de mis debilidades futbolísticas y no me hubiese importado, pagando alguna penitencia por ello si hiciera falta, haber compartido o compartir con este hombre esos momentos de vestuario.

Por ello, antes de que se me vaya la cabeza, me gustaría  despedir este post con una imagen que siempre llevaré en mi recuerdo, aunque me haya costado la vida encontrarla. En ella, aunque no lo parezca, y siempre quedará la duda, Luis Figo es pillado estirando tras el entrenamiento, airando a su "amiguito"...





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