El otro cuerpo de la Selección Portuguesa

Descubrimos y nos quedamos boquiabiertos con Ricardo Quaresma

Con una figura como la de Cristiano Ronaldo, es muy difícil hacerle sombra. Pero este Mundial de Fútbol le ha salido un duro competidor, en lo que a físico se refiere, al que hemos invitado hoy a nuestro vestuario. Nos referimos al otro cuerpo de la Selección Portuguesa, el futbolista Ricardo Quaresma, un súper macho man del deporte del balompié.



Se llama Ricardo Andrade Quaresma Bernardo y es natural de la región de Lisboa, dónde nació un día 26 de septiembre de 1983. A sus 34 años este morenazo portugués tatuado juega como extremo derecho en la liga de Turquía, disputando en este momento el Mundial de Fútbol con la Selección de Portugal.

También ha militado, a lo largo de su trayectoria en las filas del Sporting de Lisboa, Oporto, Inter de Milan e, incluso, en el Barcelona. Por la liga española recaló en la temporada 2003-4, en una temporada marcada por la mala suerte. Jugó 10 partidos como inicial y 11 como suplentes, marcando un sólo gol.  Una lesión al final de liga le obligó a perderse la Eurocopa, decidiendo durante el transcurso de la misma su negativa a seguir jugando con el Barca.


A sus 34 años de edad, Ricardo es pura fibra muscular y su trabajo le cuesta, con duras sesiones de entrenamiento, de las que deja buena constancia en su cuenta de Instagram, donde comparte con sus seguidores cómo es su rutina de trabajo para lucir tan estupendo como lo hace cada vez que puede, dando constancia de su buena forma física.


El deportista parece pasar por un buen momento físico, dejando atrás malas etapas que lo apartaron de otros mundiales, como Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.  Parece que Rusia es otro cantar y en el último partido con Portugal fue clave en la clasificación de su equipo para octavos de final con el golazo que marcó ante Irán. Quaresma fue elegido el mejor del partido.


Pero no todo en la vida de un deportista de élite como Ricardo Quaresma es entrenamiento y machacarse en el gimnasio. Una buena alimentación es la base de un buen futbolista. El portugués lo sabe y no duda en compartir con sus seguidores su pasión por los plátanos. Puro potasio para ese cuerpo, con el que luego disfrutamos tanto dentro y fuera del campo.



Ricardo es hijo de madre gitana y padre payo, por lo que el futbolista  siempre se ha sentido orgulloso de ser gitano. Y es precisamente ese color moreno tan propio de la raza calé el que le da uno de sus mayores atractivo.  Sin olvidarnos, obviamente, de ese cuerpo esculpido con portentosos músculos, pero decorados con numerosos tatuajes.


Destaca la cara de su madre, Fernanda, en la pierna izquierda y en su brazo derecho, aunque también lleva una imagen de Cristo con corona de espinas en su hombre. El más llamativo, sin embargo, es el tatuaje de dos lágrimas negras que tiene en su cara y de las que Quaresma nunca ha hablado, aunque todo apunta a la muerte de un ser querido.



El futbolista portugués es todo un espectáculo en la playa por esa anatomía musculada y tatuada, de la que acabamos de hablar, pero también porque, en ocasiones, cuando el bañador es más ajustado de la cuenta, descubres que lo del desarrollo muscular es homogéneo en todo su cuerpo.  Sí, hablamos de su entrepierna, y todo apunta a un músculo de grandes dimensiones.


Por ello, el otro cuerpo de la Selección Portuguesa no duda en mostrarse orgulloso de lo que tiene entre sus piernas y, antes de saltar al terreno de juego, en uno de los partidos del Mundial de Rusia, se asegura de que todo está en su sitio. Se lo agarra con decisión, como queriendo decirle al mundo "aquí estoy yo". Y nosotros encantado de verlo.



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