Romántico pero con aspiraciones exhibicionistas

Raúl, en otra vida, quiere tener menos vergüenza y convertirse en un actor porno cotizado.

Dicen que las apariencias engañan y eso es lo que ocurre con Raúl. Y es que, debajo de esa fachada de 'devora hombres', se esconde un romántico pero con aspiraciones exhibicionistas. Por ello, en una próxima vida, le gustaría tener menos vergüenza y ser un actor porno cotizado. Mientras se reencarna, nos alegra la vista en las redes sociales.


"Soy de Barcelona, tengo 41 años, y trabajo como Peluquero. Me encantan la ciudades con mar. Soy de una familia tradicional, tímido, de primeras, y no ligo nada en los bares. Me ligan, si yo quiero. Por lo visto doy una imagen bastante seria que, a veces, suele imponer, pero luego, cuando me conocen, soy muy de estar por casa. Alguien me dijo una vez: eres un tío guay que mejoras cuando muestras lo que no se ve a simple vista."


Ya lo avisa de antemano, que para la próxima vida, cuando se reencarne, se pide "tener menos vergüenza, que me guste más el gym y convertirme en un actor porno cotizado". Pero, mientras llega ese momento y afronta la vida que le ha tocado vivir, Raúl se presenta como todo un romántico, pero con aspiraciones exhibicionista.

Puede ser que "por mi aspecto, tenga un imagen de mata-devora-caza-hombres, pero sólo es una apariencia". Ya que, detrás, "se esconde un tipo sensible, de los poco románticos y detallistas que quedan. De los que escucha los baladones de Pastora Soler".

Pero, "como todos", puntualiza, "tengo mi vena exhibicionista, si no, no publicaría fotos en gayumbos o medio en bola". Eso sí, hace unos años nos explica, "era más cerrado de mente, más clásico, pero la juventud pisa fuerte y hay que evolucionar rápido y actualizarse, sino, "malamante, como canta Rosalía".

Raúl reconoce que le gusta el postureo y currarse las fotos, pero, "lástima que no tenga mucho tiempo". Eso sí, no soporta a la gente que critica que publiquemos fotos en ropa interior y luego, con novio inclusive, piden por privado que se las manden. "Públicamente tienen que dar una imagen de nenes buenos, pero si los privados hablasen".


Le conquista una actitud

Cuando era más joven, a Raúl le gustaban los chicos mayores, pero ahora el abanico es más amplio y "lo que me conquista es una actitud". Eso sí, nos aclara, "me pierden unas manos grandes y una sonrisa bonita, destinada para mí en una pista de baile cuando no te lo esperas".

Si quieres conquistarlo es imprescindible que huelas bien, ya que "me sigue gustando un buen perfume y no me mola nada esa moda de olor a sobaco o a ingle". Y es que "los que tenemos pelo en el cuerpo, también nos perfumamos", apostilla. De hecho, suele asociar fragancias a según que buenos polvos que nunca se olvidan y "pestes corporales a según quien".

Además de los perfumes, otro de sus fetiches son las camisas. A Raúl le pueden los hombres con camisa, "rollo italiano o sureño andaluz". Pero, debajo de la ropa, no duda en decir que "soy anti rabos depilados. Morbo cero".

En el sexo es imprescindible "un buen morreo, es determinante, y yo soy buen besador, o eso dicen". Además, le da mucho morbo desarrollar el sentido del tacto y la vista. "Tocar y mirar. Intercalar momentos muy cañeros con otros más tranquilos". Incluso, cuando hay feeling, "una buena charla post coito es sensacional".

Y es que su este romántico pero con aspiraciones exhibicionistas se tiene que definir con una palabra esa es, sin duda, "intenso, incluso en el sexo". Además de ser una persona muy perfeccionista. Y algún día "me atreveré a hacer un desnudo integral. Es un reto propio, ya que creo que a todos nos da morbo ver hombres desnudos y, mas, si somos los protagonistas".














Comentarios

Lo más visto