Todo cuerpo masculino es erótico para Otero Fotografía

El cuerpo masculino es erotismo puro, gestos y posturas

Si es fotógrafo es para no tener que posar delante de una cámara y, por ello, detrás de su objetivo se esconde Alberto, un hombre que ha hecho de su trabajo fotográfico, como Otero Fotografía, una dedicación plena y satisfactoria. Sobre todo cuando se centra en la faceta más erótica y le da por fotografiar hombres desnudos , con la premisa de que todo cuerpo masculino es erótico. Su única premisa que todos sus modelos se sientan cómodos y el trabajo sea satisfactorio.


Otero Fotografía es un producto de Alberto Otero, un fotógrafo que asegura tener una sola obsesión: que todos sus modelos queden satisfechos en cada sesión. Y es que para Alberto su trabajo como fotógrafo es algo "pleno y satisfactorio". Una pasión que descubrió cuando siendo un niño le regalaron su primera cámara fotográfica por su Primera Comunión.

Fue cuando comenzó a fotografiar todo lo que se le ponía por delante y "eso que la cámara era de carrete, jejeje". Como inspiración, su hermano, gracias al que "me fui aficionando cada vez más a la fotografía". Pero mientras aquel "se especializó en la fauna", a Alberto le dio por la fauna humana, sobre todo hombres desnudos.

Y así surgió Otero Fotografía, cuya postura ante el erotismo a través de la fotografía pasa por el hecho de que "el cuerpo masculino es erotismo puro, gestos y posturas". Además de la "complicidad que se establece entre fotógrafo y modelo". Todo ello hace, afirma, "que una fotografía sea más o menos erótica".

Para Alberto su trabajo como fotógrafo erótico es gratificante por "la complejidad de realizar una sesión con alguien que, posiblemente, sea la primera vez que se desnuda delante de una cámara". Por ello, explica, "si consigues que el modelo se encuentre cómodo, desinhibido y el resultado final sea satisfactorio para los dos, entonces puedes sentirte orgulloso".

En sus redes sociales lanza un mensaje a los chicos a los que dice que "si quieres ser protagonista de mis fotografías, escríbeme". Para Otero Fotografía, "el chico que quiera posar para mí, únicamente tiene que tener ganas, ilusión y las ideas claras de lo que quiere". Ya que, "como podéis ver, en mi trabajo cualquier hombre tiene su fotografía".



Cada vez más, hay mucha gente que se interesa por tener fotografías eróticas, nos dice Otero, "bien para regalar a su pareja, bien para hacer cuadros para su casa o simplemente para tenerlas, para disfrutar de ellas". Por lo que "no es complicado encontrar modelos".

Pero, una vez delante del objetivo, ¿cuesta mucho dar el paso de desnudarse? Es complicado, asegura, ya que "tienes que hacer que el modelo pierda la rigidez corporal, debido al miedo a lo desconocido y a que se encuentran fuera de su zona de confort". Por ello, "tienes que darle confianza, hacer que se sienta cómodo, a gusto en ese entorno, para que el mismo vaya desprendiéndose de la ropa, sin sentir que lo esta haciendo".

Aunque Alberto "jamás pregunto a nadie por su tendencia sexual", no cree que sea cierto que el público gay sea más proclive a desnudarse. " Hay de todo, da igual su tendencia u orientación sexual". Y a la hora de hacer sus fotografías eróticas el sello Otero es más de "sugerir, ya que cuando haces esto, cada uno juega con su imaginación". Aunque, eso sí, "hay modelos a los que les gusta mostrarse tal cual".

Lo que a Alberto le parece más erótico de un hombre es "su propio cuerpo" y lo que más le gusta potenciar, "sus gestos, su expresión". Preferiblemente, sus fotos son en exteriores y "me gustan mucho los lugares abandonados, lo relacionado con el ferrocarril, el agua y una pared con buenos grafitis". Además a Otero Fotografía le gustan mucho los colores, aunque, "también es cierto que un desnudo erótico en blanco y negro es muy elegante".

En sus años de trabajo, una anécdota que recuerda ocurrió en Alicante. "Estábamos haciendo fotos en una zona de la playa, entre cañas y una casa en ruinas. Era una mañana bastante desapacible y estuve haciendo fotos a dos modelos. Cuando terminamos la sesión, al girarme me di cuenta de que estábamos rodeados de tíos... Resultó ser una zona de cruising".

Aunque "jamás ha hecho una sesión en el vestuario de un gimnasio", le gustaría hacerlo. Lo que Alberto imagina sería "una sesión erótica, sensual, entre, al menos, dos modelos, algo caliente, con vapor, toallas y poco mas".












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