Bares, deudas y webcam

Crítica de los capítulos 3 y 4 de la escena porno La Deuda de la productora Tetatita.

Las deudas, como hacían los Lannister, siempre se pagan y eso es lo que hace precisamente el chico atractivo de los capítulos 3 y 4 de la serie  La Deuda, de la productora porno Tetatita. El Acomodador vuelve a nuestro vestuario y lo hace con una nueva creación de Bel Gris, en la que bares, deudas y webcam son los protagonistas. 


  • Título: La Deuda. Capítulo 3 y 4.
  • Duración: 6:12 y 9:46 minutos.
  • Productoratetatita.com.
  • Actores: Bel Gris y el chico atractivo.
  • Género: paja, webcam.

Cuando comienza el capítulo 3 de la serie La deuda, de la productora Tetatita, no sabemos por un momento si vamos a ver una porno o una película cañí, de barrio, que bien ha podido dirigir perfectamente Fernando León de Aranoa o Álex de la Iglesia. Y es que no podemos olvidar que la pornografía es cine y en la productora de Bel Gris lo saben a la perfección y, en ocasiones, dan buena muestra de ello con arranques como este.

Bel interpreta en estos dos capítulos, el 3 y 4, a un casero sin escrúpulos que es incapaz de condonar la deuda de un atractivo camarero que le debe un mes del alquiler del bar. En la línea de intentar hacer cine, porno o no, destacan las buenas y creíbles interpretaciones tanto del propio Bel Gris como de su compañero de reparto, un atractivo chico que ya nos dejó con la boca abierta en otra escena que grabó con Juan Lucho en un taller.

Con mujer e hijo, que comen del bar, el joven le pide una semana de tregua para saldar su deuda, pero el casero no tiene muchas ganas de llegar a un acuerdo y ya lo tiene todo atado con su abogado para iniciar el desahucio… o no. Porque, en su papel de depredador que se aprovecha de su superioridad sobre la fragilidad del débil, le propone un trato para darle un respiro en le pago: hacer con él una webcam para sus seguidores. Aunque el chico se niega con un rotundo no… pronto comienza el juego.



Uno de los grandes aciertos de las producciones de Tetatita es su banda sonora. Y en esta ocasión, esos sones country, que acompañan a esta pareja de morbosos hombres delante de la cámara, le dan una personalidad mayor a la escena. Una guitarra y una voz desgarrada de los pueblos de la América profunda para contar una historia profunda, aunque no lo parezca, la de un chico joven obligado a usar su cuerpo para poder seguir adelante en tiempos difíciles.

En lo que a la acción sexual propiamente dicha se refiere, que es lo que nos interesa, ya me habréis escuchado decir hasta la saciedad que el público quiere ver historias reales, que puedan darse en la vida real y con la que puedan sentirse identificado. ¿Quién no ha visto a dos tíos heteros masturbándose delante de una cámara a cambio de propinas? Pues eso es lo que se limita a mostrar Tetatita en estos capítulos 3 y 4 de La Deuda. Y de ahí el morbo que desprenden sus producciones, porque no tiende a la ciencia ficción o a mostrar cosas poco probables con el único fin de contentar fácilmente al público.

En este caso no hay contacto físico entre ambos chicos, casero y arrendatario, sólo se desnudan, nos muestran sus grandes penes y se lo menean delante de la webcan. Aunque Bel, como es habitual en él, no pueda reprimir, al menos, el contacto visual y se le escapa alguna que otra miradita cuando el camarero se quita los calzoncillos y le muestra su culo. Unas posaderas que protagonizan los mejores planos de esta producción. Aunque Bel tampoco se queda rezagado al respecto y nos regala algunas provocativas posturas para mostrarnos unas buenas nalgas que nada tienen que envidiar a las de su compañero.

Del no rotundo a la propuesta que Bel Gris le hacía a la complicidad que muestra, llamémoslo a partir de ahora, el chico atractivo, apenas pasan unos minutos y pronto el joven entra en calor y nosotros con él, sobre todo cuando nos deleitamos con ese físico impresionante que luce ante la cámara. El juego, una vez más relajados, está asegurado, y ambos golpean con sus sexos duros como una piedra una de las mesas del bar o Bel decide follarse el respaldo de una de las sillas en uno de esos momentos "¡toma culo!".




Pero uno de los planos mas memorables es cuando les da a ambos por jugar con una de las máquinas tragaperras del bar. ¿Pero a que nunca habían jugado a una de ellas con las pollas? Pues en el universo Tetatita ésto es posible. Y no sabemos si lograron el premio gordo, pero los golpetazos que le metieron a las teclas de la máquina con semejantes miembros fueron bastante contundentes.

Porque la cosa en esta escena va de golpeteo del miembro sexual con todo lo que se encuentran, como un barril antiguo de vino o cuando lo blanden en sus manos y lo golpean sobre estas o su abdomen, dejando sobre él restos de su líquido preseminal. Con esos primeros planos contrapicados de sus sexos en los que podríamos analizar sus rabos al detalle, pero no podemos por dejarnos embelesados con semejantes monumentos.

Y en Tetatita hasta las corridas son reales, aquí no hay trampa ni cartón, al menos en estos capítulos de la saga porno La Deuda, ya que el chorrazo que sueltan ambos al final de la misma es igual o mas de memorable que su original partida de máquina tragaperras. Pero no hay escena que se precie de esta productora catalana que no se cierre con la risa de Bel, con esa reacción tan infantil en un hombre y que manifiesta esa pregunta que seguro que se está haciendo en ese momento de: ¿pero qué hemos hecho?


Lo mejor: La original forma de jugar a las máquinas tragaperras.
Una pega: No se la encuentro.
Una curiosidad: Dos de los capítulos de la saga porno La Deuda.
Puntuación: ★★★★★.




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