Los vestuarios según Tetatita
Critica de la escena porno Gym Parte 1 y 2 de MorreoStudio para la productora Tetatita.
Una piscina, vestuarios, duchas, hombres en bañador o desnudos... Son los ingredientes perfectos para una escena porno perfecta o, al menos, en la que el morbo esté asegurado desde el minuto 0. Y eso es lo que ocurre con Gym. Parte 1 y 2, la última producción gay de Tetatita, que ha creado MorreoStudio, y a la que no ha podido resistirse El Acomodador, que le ha echado un ojo para ver si se apuntaba a esa piscina del tirón o antes pasaba por el baño para hacerse una paja.
- Título: Gym Parte 1 y 2
- Productora: Tetatita.
- Duración: 10:53 y 10:49 minutos.
- Género: Sexo en espacios públicos.
No voy a descubrir nada nuevo si digo que está el porno convencional y luego está el de Tetatita, cuyas producciones tienen casi siempre un plus de calidad: Su esencia, y esto tampoco es nuevo, se centra en intentar mostrar al público una escena lo más real posible con chicos reales, de los que te cruzas cada día en tu propio gimnasio o vestuario. Aunque no deja de ser ficción y en la ficción dos chicos se pueden mamar la polla o follar en una piscina y vestuario, respectivamente, sin que nadie interrumpa o fastidie la escena.
El morbo, como decía, está latente en Gym, que así se llama la escena, desde que arrancan los títulos de créditos. Una música sugerente, que desprende lujuria y deseo, nos acompaña en la entrada de este vestuario en el que, como debería ser normal, hay chicos que se desnudan sin pudor y la cámara así se encarga de mostrárnoslo. Con unos primeros planos del epicentro del cuerpo de un hombre que ponen de relieve lo que realmente es importante cuando entramos en uno de estos espacios. Aunque algunos digan lo contrario.
La escena tiene todos esos elementos que nos ponen cuando fantaseamos con un vestuario. Además de los hombres desnudos o en ropa interior, miradas cruzadas o prendas íntimas de otros chicos que algunos cogemos con discreción para aspirar con nuestro olfato su esencia más íntima. Y eso es lo que hace el prota de esta escena, un chuleta de trencitas en el pelo y tatuajes en el cuerpo, que se atreve incluso a ponerse el bañador que ha encontrado para bajar a la piscina. Lo que no sabe es que el dueño del mismo, el monitor o socorrista, lo espera junto a la pileta, con silbato colgando de sus pectorales.
En la piscina, de nuevo, la ficción se impone un poco a la realidad, ya que ya me encantaría a mi ir a una en la que los chicos se desnuden delante de todo el mundo para quitarse el cloro debajo de la ducha. A la par que el protagonista y el socorrista comienzan a tocarse las pollas mientras lo miran. Pero estamos viendo una película no un documental de National Geographic, con lo que no hay motivo de crítica.
La música de lujuria y deseo se desvanece, muy acertadamente, en el momento el que socorrista y chico de trencitas en el pelo comienzan a intimar. El primero le reclama que le devuelva su bañador y, el segundo, ni corto ni perezoso, se lo quita y tira al suelo, mientras le muestra su polla morcillona. ¿Y quién se puede resistir a esto? El socorrista, al menos, no, y le hace una buena mamada al que le ha robado su bañador,que es una delicia, gracias al silencio del ambiente, sólo roto por el sonido del agua de la piscina en su movimiento natural o el de una gota persistente de una ducha mal cerrada.
Pero la cosa no acaba en una corrida en el pectoral del monitor, puntualizando aquí que, viendo el previo de la segunda parte, todo apuntaba a que la historia iba a terminar en una orgía final de todos los chicos, pero... Lo que sí me gustaría resaltar es que en esta continuación de Gym vivimos una de las situaciones más eróticas de esta producción, ya que, MorreoStudio ha sabido captar a la perfección con su cámara el momento ducha entre varios hombres. Tres chicos desnudos, sin habitáculos que los separe, bajo el agua de las duchas, enjabonando sus cuerpos, por delante, por detrás, con ese ambiente vaporizado... Es pura fantasía.
La cámara juega entre seguir con esos primeros planos de los culos y pollas de los hombres que se bañan o alejarse, un poco, modo cámara espía, cuando el chico de trenzas liga con el que parece es un trabajador de la piscina, encargado de rellenar los botes de gel del baño. Con ropa y todo, se lo lleva debajo del agua para que siga con la mamada que comenzó el monitor... Esto es lo que se llama un personal dispuesto a satisfacer a los clientes.
El final de la escena es el reencuentro en el vestuario entre el monitor y el chico de trenzas, que deciden poner el mejor epílogo a una intensa sesión de morbos en la piscina. Un final de trámite en el que el hombre del silbato le pone el culo al hombre que le robó el bañador para que se lo folle y vuelva a correrse sobre su torso... ¿Y los otros tíos?¿ Dónde está esa orgía? Pues aquí puede que resida precisamente ese toque de realismo, que pierde a veces la escena, ya que no todos los hombres que frecuentan estos espacios terminan follando como perros a la primera de cambio. Así sí.
- Lo mejor: Captar el morbo y erotismo de un vestuario.
- Una pega: ¿Y la orgía final?
- Una curiosidad: Primera creación de MorreoStudio para Tetatita.
- Puntuación: ★★★★☆
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