Salvados por la polla de Rico Vega

Crítica de la escena porno Glory Hole 1 y 2 de la productora Juanlucho.com

Juanlucho.com se está convirtiendo en todo un experto a la hora de mostrar en sus producciones porno los hábitos gays en el sexo. Si hace poco ponía el foco de su grabación en una escena de cruising al aire libre, ahora se sumerge de lleno en el universo de los sex club con Glory Hole 1 y 2, de la colección Gayxample Series.


Kike Gil y Pepe Yakuna son los protagonistas de esta producción, que cuenta con la colaboración especial de Rico Vega. Este es el empleado de un conocido local de sexo al que acuden por separado los otros dos. Kike llega primero y decide esperar en la puerta, tanteando el terreno, al ver que no hay nadie dentro. Pepe llega después y rompe el hielo entrando en el local.
 
Una vez dentro los dos, los primeros minutos son de roneo, que si miro unas pelis porno, que si que pedazo de dildo hay en esta estantería, para qué servirá este otro juguetito... Hasta que, poco a poco, se van acercando los cuerpos y salta la chispa, se comen la boca, en una explosión de deseo que los lleva a la zona de cabinas, mientras sigue sonando de fondo, como viene haciendo del principio los sones musicales de una cantante popera. 

Realmente, esto es lo que debe pasar cada día en uno de estos locales, por lo que está muy bien plasmado, todo muy creíble, como todo lo que viene detrás. Ya dentro de su cabina, llena de glory hole por todas partes, ambos siguen dando rienda suelta a su pasión. Dos chicos, cada uno en su estilo, de lo más morbosos. Pepe, con su rollo étnico alternativo, de cresta capilar y tatuajes, y Kike, como uno de los ositos peludos más deseados del porno nacional. 




Hay química entre los dos, al menos en esta primera parte de la escena. Nos encantó la comida de polla que Kike Gil le hace a Pepe Yakuna. Como también nos pareció puro morbo la comida de culo que este le realizó al otro. Se transmitía, a través de la pantalla, que estaba disfrutando con el menú y que no había resquicio en las posaderas de Kike Gil que no quería dejar sin comer. Nunca había visto antes a nadie hincar el diente a un trasero con tanta ansia como él.

Muy buena la labor técnica del cámara, tirando mucho de planos cenitales para mostrarnos cómo se vería la escena si hubiese, por ejemplo, una cámara de seguridad colgada del techo. Y la imagen es pata no perdérsela, porque ver a Kike a cuatro patas, mientras Pepe, de rodilla en el suelo, le hace una buena comida de ano es pura fantasía.

Aunque también es todo un acierto cuando se graba la acción a través del glory hole, más cerca, más en detalle, como si otro usuario del local se hubiese acercado para ejercer de mirón, quizás como preludio de lo que iba a pasar en la segunda parte. 
La tarde parecía tranquila en el local y su dependiente decide acercarse a la zona de cabinas para ver lo que estaba pasando. Ni corto ni perezoso, Rico Vega se saca la polla y la mete por uno de los agujeros, llamando de inmediato la atención de los dos chicos que estaban dentro disfrutando con lo suyo. 




Podemos decir que es este el plato fuerte de la producción, el momento que más nos ha gustado y que no se alarga hasta el final. Otro de los aciertos, otro plus de realismo a la producción, ya que el dependiente no se puede despistar mucho de su trabajo, va para algo rápido y eso es lo que pasa. De rodillas, delante del glory hole, Kike y Pepe se van turnando para comerle el rabo a Rico. Nos encanta el detalle de ver la polla sin descapullar prácticamente en todo momento asomando por el agujero, mientras pasa de una a otra boca. Como también nos quedamos con los planos de la otra parte, del exterior de la cabina para ver al dependiente con el culo al aire, el pantalón del chándal medio bajado y apretando contra la pared. Muy morboso, la verdad. 

Aunque lo mejor está por venir, ya que, después de pajearlo un poco entre los dos, Rico Vega no aguanta más y tiene que eyacular. Su corrida en la boca de Kike Gil mientras Pepe Yakuna le agarra el rabo es... Tensión sexual máxima, como la que han sentido los dos chicos durante este breve, pero intenso, encuentro con el dependiente del local... O así les delatan sus pollas mega empalmadas, alcanzando la máxima erección lograda en toda la escena. 

Tras la marcha de Rico Vega, el final de la escena decae en cierto sentido y es entendible, ya que el perfil de ambos actores es más pasivo y deciden masturbarse uno delante del otro hasta alcanzar la eyaculación. Ambos deciden correrse en la boca del otro antes de abandonar la cabina, como el que no quiere la cosa, y responder con leve asentimiento de cabeza a la pregunta del dependiente de si hay ido bien la tarde. Ya lo creo.


  • Lo mejor: La aparición de Rico Vega y su corrida.
  • Una pega: Que decae la acción tras ese momento.
  • Una curiosidad: Escena gay de la productora de Juan Lucho.
  • Puntuación★★★★☆


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