El show debe continuar hasta el final

Crítica de la escena porno Spy Shot 27: Playground X-XL Oiled Finale de la productora Wrestlingmale.

Contenido mucho más morboso en nuestro perfil Onlyfans.

El acomodador se enfrenta esta semana a un nuevo concepto de la filosofía de porno y lucha libre de la productora Wrestlingmale. Nos referimos al capítulo 27 de la serie Spy Shot No Limit Sport Center Barcelona. Estamos ante una de sus propuestas playground, es decir, escenas grupales en la que los luchadores tienen mayor libertad con la única condición de divertirse. Desde la pura competición de lucha al sexo más duro o BDSM. 


Estamos ante la gran final, muy aceitosa, del Playground X-XL, con sus precedentes en los capítulos 23 y 25. 11 luchadores, con cuatro novatos en este arte de luchar, que se iniciaron en un entrenamiento competitivo para dar paso a tres combates de velocidad y sumisión total, que determinó al grupo de los perdedores y el de los machos alfa. Tras hora y media de acción, se enfrentan a este tramo final, en el que se dan cita en una colchoneta, rodeada por una malla de jaula de MMA (artes marciales mixtas), aceite y accesorios BDSM.

Además de Etienne, se encuentran en esta orgía final un elenco de lo más variopinto con nombres como Viktor Rom, Ruslan Angelo, Babylon Prince, Bastian Karim, Rico Vega, John Rodríguez, Cole Keller, Juanchos, Gitano Silva o Jota Palma. Todo apuntaba bastante bien al comienzo de la acción. Babylon Prince y Juanchos aparecen en el centro de un cuadrilátero improvisado, aunque en esta escena la lucha libre pasa a un segundo plano, con el resto del elenco observando desde fuera de la jaula. 

Desde el primer momento hay acción dentro y fuera de la corchoneta. Babylon y Prince comienzan con el cortejo sexual, mientras el resto de chicos se pajea e, inlcluso, comienza a interactuar entre ellos, aunque aún estén al otro lado de la malla. John Rodríguez no pierde el tiempo con Ruslan Ángelo, mientras Juanjos pone a Babylon Prince a cuatro patas y le come el culo. Hasta aquí todo muy morboso, muy en el rollo de Wrestlingmale, de mundo de suburbio, de sumisión y dominación tanto en la lucha como en el sexo. Machos fuertes y viriles que lo mismo se pegan una buena tunda que son los que mejor saben complacerse en el sexo.



Esa imagen de los dos chicos en la colchoneta, follando, y el resto, de fondo, contemplando la acción desde la barrera, es muy sugerente. Verlos pajearse y comentando lo que allí está sucediendo, aunque algunos aprovechan mejor el tiempo, como Viktor Rom que no pierde la oportunidad de comenzar a follarse a John Rodríguez. Aprovecho el momento para destacar la profesionalidad y el buen hacer de estos dos actores, que no dejan de actuar desde el primer al último momento de grabación, dándolo todo, no como el resto del elenco. Pero no nos adelantemos.

De esta fase previa, antes de la irrupción de todos en la colchoneta, me quedo con Gitano Silva introduciendo su pollón en una de las rendijas de la malla o el momento en el que Juanchos, cuando Babylon embadurna su cuerpo de aceite, restriega su culo por la jaula, mientras que Bastian Karim simula que se lo folla desde el otro lado de la alambrada. Es lo único que veremos de este actor, que desaparece por arte de magia.

Otro de los instantes memorables es cuando Viktor Rom le mete la polla a John Rodríguez, a cuatro patas, y, tras hacer el aspa del helicóptero, colocarse culo con culo para seguir penetrándolo. Me dejó un poco con la boca abierta. Es una de las posturas más estéticas y acrobáticas que he visto hasta el momento. Del resto del elenco tampoco hay mucho que resaltar, ya que no tenía mucha prisa por entrar en acción y demasiada para salir de la escena.



A Gitano Silva y Jota Palma se les vio perdidos en algún momento, sobre todo el primero, como los recién llegados a un grupo que no saben muy bien donde ubicarse. Aunque Jota nos regala algunos planos interesantes de su culo mientras mete la polla en la boca de John Rodríguez, al igual que cuando Gitano se lo folla, como hizo antes también con Cole Keller, en un trío en el que también se deja ver a Rico Vega. 

Por cierto, ¿dónde está Ruslan Ángelo? Pues tendremos que esperar al minuto 11 de escena para que vuelva a aparecer y poner su culo para que Juanchos y Babylon Prince jueguen con él, aunque no estaba muy receptivo a ser follado y prefirió comérselo a John. Se dejó follar un poco, meterse un dildo, comer algunas pollas y listo. Muy bueno el momento, con ese doble plano con las dos perspectivas, en el que Ruslan se sienta sobre la polla de Viktor Rom y le come la polla a Babylon, mientras John Rodríguez es follado a cuatro patas por Juanchos. Todos componen una interesante pirámide de cuerpos aceitosos y exultantes de deseo.

Pero, en el minuto 18, sin darnos cuenta, la mayoría de los luchadores desaparecen de la escena, quedando solo sobre la colchoneta Viktor y John, follando. Genial ese instante a solas de los dos hasta que el venezolano se corre y decide amordasar a su pareja con una cinta aislante y atarlo con una correa como si fuese un perro. La sumisión siempre tan presente en el universo Wrestlingmale. Una pena que durante esta magnífica interpretación de amo paseando a su esclavo por la aceitada colchoneta alguien tenga que llamar la atención al resto del elenco, que no para de hablar, con un "oye, no hemos terminado".



Los últimos 15 minutos de esta escena son de lo más morbosos. Etienne aparece en acción, acompañado con Juanchos, al que convierte, junto con John Rodríguez, en su puppy. Ambos, atados, arrodillados, y comiéndole la polla a sus másters. Tengo que decir que me ha gustado mucho Viktor Rom en esta escena. Acostumbrado a verlo en sus propias producciones, con esa personalidad tan excesiva y verborréica, aquí está muy bien dirigido y comedido. Y es un todo un placer verlo en esta última parte, ya corrido, y mostrándose con esa polla sin empalmar, algo inusual en él, mientras juega con su puppy y le mete un plug anal con colita de perro.

Viktor es tan profesional que vuelve a empalmarse para follarse nuevamente a John Rodríguez. Aunque en esta recta final estamos más pendientes de Etienne Erik, mientras Juanchos le come la polla, con una corrida a cámara lenta que pone la guinda a una escena agridulce.

Ténicamente, muy bueno el recurso de presentar en la misma imagen los dos planos grabados por las dos cámaras presentes en el rodaje, como si de un puzle se tratase, con una sintonía perfecta en algunos momentos de la unión de estas dos perspectivas. La fotografía, como siempre, es increíble, con esa tonalidad que roza el blanco y negro, sin serlo, y con una calidad de imagen que te permite casi palpar con la vista la sensación aceitosa y sudorosa de los cuerpos de los luchadores en pleno combate corporal y sexual. Además, como en el resto de la serie Spy Shot, el espectador también puede disfrutar con la otra perspectiva, la de una cámara espia que nos muestra el detrás de la escena.

  • Lo mejor: La actuación de Viktor Rom y John Rodríguez.
  • Una pega: El resto del elenco y su poca implicación.
  • Una anécdota: El que se ofrezca una grabación extra detrás de la acción.
  • Puntuación: ★★★☆☆

Si quieres ver nuestra parte favorita de la escena entra en el siguiente enlace.




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