Bendito sea el fruto

Crítica de la escena porno Cum Pigs-3 Way con Wiktor Rom, Pablo Bravo y Wolf Hot.

El Acomodador nos vuelve a traer una nueva producción de Viktor Rom para las plataformas de fans, en la que se vuelve a ver las caras delante de la cámara con otra estrella internacional del porno: Pablo Bravo. Ambos, magistralmente, someten a Wolf Hot con sus pollas en una escena, Cum Pigs-3 Way, en la que este brilla con luz propia, demostrando que se puede ser pasivo y no pasar desapercibido.


Quizás sea este un buen momento para decir algo que llevaba tiempo con ganas de hacerlo: por hacer tres escenas de sexo para plataformas de fans no te convierte en un actor porno. De los primeros, hay muchos, de los segundos, hay algunos menos. Una diferencia que queda patente en la escena Cum Pigs 3 Way, que la productora de Viktor Rom ha grabado con Pablo Bravo y Wolf Hot. En este caso, los tres chicos que se ponen delante de las cámaras demuestran desde el minuto cero de la filmación sus dotes interpretativas, no se limitan a follar delante de un objetivo.

Algo que no nos extraña si estamos hablando de dos pesos pesados del porno internacional, dos latinos empoderados en la industria, como Viktor Rom y Pablo Bravo, que saben lo que hacen y cómo lo hacen para que salga bien. Y el resultado salta a la vista en esta producción. Pero el más neófito de los tres, Wolf Hot, no tiene nada que envidiarle a los otros dos y no actúa en esta escena a su sombra. Al contrario, brilla con luz propia como el sumiso-pasivo que se somete a los deseos sexuales de Pablo y Viktor. Este chico, del que no había visto nada hasta ahora en el porno, tiene potencial y sabe comerse a la cámara con una sola mirada. Y es que, como ya he repetido algunas veces (soy muy pesado) en la pornografía, no todo es polla y culo o follar.

En Cum pigs 3 way nos adentramos en una original sala de juegos sexuales, con un potro de tortura vintage, como las antiguas camillas de paritorios, en el que aguarda Wolf Hot con Pablo Bravo a que llegue Viktor Rom. Antes, Pablo alecciona al pasivo y le dice que tiene que dedicarse a servir a su amigo, haciendo todo lo que le pida, y éste no parece tener ningún problema al respecto.

Me ha gustado mucho, por cierto, la luminosidad de la sala, así como los dibujos y pinturas que adornaban la pared del fondo. Además de la caña de bambú en la que Pablo Bravo se agarra y que denota que en esa sala se practica Shibari/Timbaku, esa práctica japonesa de bondage en la que se atan y cuelgan a las personas con cuerdas. Por una vez, el mundo de la sumisión y la dominación sale de antros oscuros y en los que el negro y/o el rojo son los tonos predominantes.




Ver a Wolf despatarrado en el potro, con el ano bien abierto, esperando a su amo, mientras Pablo lo custodia en la cabecera y golpea con sus dedos el ojete, es una escena digna de El cuento de la criada. Eso sí, versión porno. El activo dominante se encuentra al pasivo receptivo, tumbado boca arriba, y le ofrece su fruto para que se lo bendiga. Algo que no tarda en cumplir el venezolano, que lo primero que hace es arrodillarse para comerle el culo, que "está recién preñado", según dice, y "huele a leche". Además, en este juego de sumisión, Pablo, el mentor, puntualiza que "está entrenado y preparado", a lo que Viktor le da las gracias por ello. Y siguiendo con este juego de paralelismos con The Handmaid's Tale, nos gusta el detalle de ver a Pablo sosteniendo las piernas de Wolf mientras Viktor hace su trabajo.

Antes de seguir, destacar como curiosidad que esta es una de las pocas escenas que recuerde en la que Viktor Rom no aparece con un empalme automático. Es morboso verlo que se desnuda, al comienzo de la acción, y que su rabo aún no luce enhiesto, sino que se empalma con la mamada que le hace el pasivo. Nos quedamos más tranquilos al saber que es un tío normal, de carne y hueso, y no una máquina de follar como nos tiene acostumbrado. Además, lo hemos visto más sosegado y compartiendo el protagonismo de macho alfa con Pablo Bravo, por lo que podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el binomio Bravo-Rom funciona muy bien.

En otro orden de cosas, siempre he criticado cuando en una escena los pasivos no se quitan la ropa interior ni para ser follados, normalmente el suspensorio. En este caso, este detalle me parece justificado. El outfit de Wolf Hot, como pasiva entregada, "muy zorra", me parece espléndido, con esa camiseta de redecilla, en tonos negro y blanco, y ese suspensorio negro, que no le estorba para nada en ningún momento de la escena. Nos quedamos con ese momento en el que parece que se le van a salir los huevos, pero no, en esa lucha de la sugerencia versus la exhibición.

Además, Pablo Bravo tampoco se desnuda en ningún momento, con ese look de arneses de cuero y ese slip tan práctico, en el que, sin quitárselo, tiene la polla fuera en todo momento, a través de un agujero estratégicamente ubicado en el centro de la prenda. Me parece muy morboso en todo momento, sobre todo cuando se está follando al pasivo, a horcajadas, y nos da ese plano potente de su culo, expandido dentro de esa prenda de algodón.




La verticalidad o linealidad de la acción es geométricamente perfecta, con Wolf siempre tumbado en la camilla, boca arriba o boca abajo, y Pablo y Viktor alternándose en la cabecera o los pies del potro de tortura. Mientras uno le come el culo, el otro le da la polla en la boca, y el sumiso se ve que está disfrutando de lo lindo o así lo transmiten sus ojos y lo emiten los gemidos que salen de su boca.

Muy buena, insistiendo al respecto, la interpretación de Pablo Bravo, dominando en todo momento la acción. No decae en ningún momento. Interesante ver la sutileza con la que mete un dedo en el culo de Wolf o como lame la polla de Viktor antes de que este la meta en el culo del pasivo. Por cierto, esa imagen del pollón de Rom entrando en el culo de Wolf Hot, como una tuneladora, es impactante... "Dele, que son pasteles", dice el venezolano. Y el sumiso no pierde de vista en ningún momento a la cámara, la busca todo el rato, logrando en todo momento seducirla y calentarla. Sus ojos lanzan fuego en sus miradas.

Volviendo a ese buen binomio Bravo-Rom, con ese papel menos protagonista de Wiktor, como el gallo del corral, es curioso que es Pablo el que finalmente preña el culo del pasivo. Ese plano sacando la polla del culo y el agujero chorreando leche, como el rabo de Pablo Bravo, que también gotea los últimos restos de semen, la convierten en una de las mejores corridas que hemos visto últimamente.

Una buena escena de esta serie de creaciones producidas para plataformas de fans que están haciendo muchos actores porno, como Viktor Rom o Pablo Bravo. Y eso que la acción no es nada del otro mundo: dos activos que dan polla, por boca y culo, a un pasivo. Pero cuando la interpretación y la puesta en escena es buena, muy buena, el resto no importa.

Si quieres ver nuestra parte favorita de la escena entra en el siguiente enlace.

  • Lo mejor: La interpretación de los tres.
  • Una pega: No tengo.
  • Una curiosidad: Producción de Viktor Rom para plataformas de fans.
  • Puntuación: ★★★★★




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