La delgada línea roja entre el placer y el sufrimiento
Crítica de la escena porno Slow Agony, capítulo 13 de la serie Florida-Wrestlingmale Conquers.
Contenido mucho más morboso en nuestro perfil Onlyfans.
Seguimos con la inmersión en la etapa de retorno de la productora francesa de porno y lucha libre Wrestlingmale a los Estados Unidos de América. Cuatro años después de su primera serie original en este país, Florida- Sunset Rage, y tras varios aplazamientos por la pandemia, regresan a conquistar el mercado americano con la serie Florida- Wrestlingmale Conquers. Tras hablar hace un tiempo de su primera entrega, ahora nos centramos en su capítulo 13, vaya numerito, en el que se ven nuevamente las caras Etienne Erik con Stefan en un combate, cuerpo a cuerpo, en el que pierde el que se corre primero, ¡interesante!
- Título: Slow Agony ( Capítulo 13 de Florida - Wrestlingmale Conquers)
- Duración: 1:02:04 minutos.
- Productora: Wrestlingmale.
- Actores: Etienne y Stefan.
- Género: Lucha, seducción, desnudez, cum.
Aunque en esta nueva etapa de vídeos en Florida se suelen contraponer los rodajes en exteriores con los interiores, en el capítulo 13, regresando a la esencia de la casa, la acción transcurre en un cuadrilátero de lucha. Acción rodada en un uno de los estudios de la mítica productora BGeast en Hilton Manors (Florida). Etienne llama a Stefan para repasar los pormenores del rodaje, en el que, según indicaciones del director, más que la lucha pura y dura, debe primar los juegos de seducción entre ambos... Y no tarda mucho en aparecer, ya que los dos comienzan a tocarse y a disfrutar con la anatomía del otro, mientras va subiendo la tensión en todos los sentidos.
Aunque, como ya hemos dicho, no es la primera vez que estos dos luchadores se ven las caras delante de las cámaras de Wrestlingmale. Ya han tenido tres encuentros ultraeróticos en París y en esta ocasión no iba a ser menos. El sufrimiento y el dolor de la lucha y las tensiones musculares en el ring se van contraponiendo con los juegos de seducción y esos magreos que tanto nos gustan ver en estas producciones.
Y lo entendemos a la perfección, sobre todo cuando nos ponemos en la piel de Etienne, un tío de lo más atractivo, pero que se encuentra delante con la imponente anatomía de su contrincante. Un tío americano, de 34 años de edad, fornido, tatuado y con una pinta de granjero, capaz de poner caliente a un témpano de hielo. Si a esto le sumas que debajo de su vestimenta deportiva lleva, a modo de ropa interior, un sugerente tanguita, que nos deja al descubierto desde el primer momento su poderoso culo...
Ver a Etiemne, tumbado en el ring, con el culo de Stefan en la cara mientras se agarra a sus grandes nalgas... es pura fantasía. O en el momento en el que el francés le abre de piernas y ya comenzamos a intuir su ojete rosado debajo de la telita del tanga... el termómetro explota. Y no podemos pasar por alto descubrir la anatomía, perfectamente musculada, de Etienne cuando se quita la camisa de cuadros y se queda solamente con su tanguita. No le falta ni un solo músculo a ese cuerpo.
Ya hemos dicho en más de una ocasión lo complejo que debe ser grabar una escena de lucha para que no parezca una sucesión de movimientos sin sentido delante de una cámara que mareen y no transmitan nada al espectador. La coreografía debe ser perfecta, pensada y planificada, aunque luego parezca que es algo improvisado y que surge en el momento. Las posturas, las llaves de lucha, todo tiene un sentido para poder seguir disfrutando de la anatomía en tensión y movimiento de estos dos hombres. Y ahí también juega un papel fundamental el cámara, que no para también de danzar, a su manera, para no perder detalle y captarlo todo con su cámara.
Y mientras estaba explicando esto, las manos de los luchadores ya se han ido al pan o, lo que es lo mismo, al paquete de su respectivo para comenzar a magrearlo. Y con tanto toqueteo, pasa lo que pasa, que comienzan a escaparse los huevos del tanguita o, incluso, Etienne se encarga de sacar a relucir la polla de Stefan, agarrándolo fuertemente por los cojones. ¿Hay algo más erótico y morboso que esto? No. Y eso que no ha habido aún entre ellos una acción sexual explícita, pero no hace falta para que algo te ponga caliente. Esto es mucho más porno que muchas, muchísimas, de las escenas que se graban a diario, sobre todo, ahora que está tan de moda tener una plataforma y hacerse con un kit de actor porno, sin serlo.
Desde que conocí a la productora Wrestlingmale he descubierto lo porno que es la lucha libre, en ocasiones, más porno que la propia pornografía. Ya que, como también he dicho en contadas ocasiones, no hay nada más sugerente que ver a dos hombres luchando con poca o nada de ropa, con ese contacto directo de los cuerpos, que se confunden y mezclan como las intenciones, ya que no sabes si luchan, si se aman o se mueren de ganas de follarse. O todo a la vez. Da igual. Nos pone y punto.
Aunque la delgada línea roja entre el placer y el sufrimiento está siempre muy presente, pasado el ecuador de la acción, las connotaciones sexuales son más presentes. Ya vemos a un Stefan que masturba prácticamente a Etienne o a este haciéndolo él mismo, mientras su contrincante masajea sus huevos y le come los pezones.
Esta parte más sexual, a colación con lo que dije antes, me resulta menos morbosa que la primera. Parecen dos adolescentes que, tras jugar a pelarse, se masturban juntos torpemente. No hay erecciones por ambas partes en ningún, quizás por la concentración de que, si se corren, pierden. Al final, optan por menearse cada una la suya y, por ejemplo, no hay mamadas, aunque este detalle puede tener su punto, si queremos jugar con la fantasía de que son, como dije antes, dos tíos heteros, sin experiencias sexuales gays, que, tras un combate cuerpo a cuerpo, deciden hacerse una paja.
Del final me quedo con el sonido húmedo de la polla de Stefan mientras se la menea o con los jadeos de Etienne cuando le está comiendo el pezón o de aquel poco antes de correrse. En este tipo de escenas, creo que no es imprescindible la eyaculación y, si no sale, no hay que forzarla o falsearla porque pierde su encanto.
- Lo mejor: Ver a dos tiarrones luchando en tanga.
- Una pega: La falta de tensión sexual al final y la corrida de Etienne.
- Una curiosidad: Reencuentro en el ring de Etienne y Stefan.
- Puntuación: ★★★★☆
Si quieres ver nuestro momento favorito de la escena, entra en el siguiente enlace.
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