Cosas interesantes de la naturaleza
El Acomodador nos habla de la escena porno El Ornitólogo, una creación de Morreo para Tetatita.
Observen la naturaleza, siempre hay cosas interesantes. Con este lema, le productora Tetatita nos introduce en El Ornitólogo, una nueva creación porno con la firma de Morreo y que no va a dejar indiferente a nadie. Si pensabas que lo habías visto todo en el mundo de la pornografía, te equivocas. Después de ver esta escena, en dos partes, te aseguro que vas a mirar con otros ojos a los mirlos con los que te encuentres en el entorno natural porque tienen muchas más cosas en común con los hombres de las que te imaginas.
La ornitofilia es el amor generalizado por las aves y eso es lo que siente el peculiar personaje de este corto, un ornitólogo que se lanza al monte para observar al conocido como mirlo común y anotar todos sus comportamientos en su particular cuaderno de bitácoras. Este señor barbudo y peludo, con sombrero de tela y gafas a lo John Lenon, va provisto con unos binoculares para no perderse detalles de nada de lo que acontece en el campo.
Pronto se topa con la primera pareja de "pájaros", dos jovenzuelos muy atractivos y que han decidido salir a dar un paseo por la Sierra de Collserola, uno de los parques metropolitanos más grandes del mundo, a las afueras de Barcelona. A partir de este momento, comienza la magia, la fusión entre porno y ornitología, que podríamos bautizar como pornitología. El señor barbudo de los prismáticos te va narrando el natural comportamiento de estos dos ejemplares de aves, en lo que define su danza íntima, mientras que lo que tú ves ante tus ojos es una simple, no por ello menos morbosa, escena de cruising al aire libre. Ver para creer.
De entrada, la fotografía de la escena es una fantasía con ese paisaje verde y bañado por el sol en el que trascurre la acción. Un claro ejemplo de que, si se quiere, y la gente de Morreo y Tetatita así lo han demostrado, se puede hacer porno huyendo de lo zafio y ordinario. Estamos acostumbrados a los decorados cutres y a los ambientes sórdidos y oscuros para mostrarnos una escena de sexo. Pero, ¿hay algo más morboso que el sexo al aire libre, a plena luz del día, y en un paisaje de ensueño? Si a eso le sumas el sonido ambiente del canto de los pájaros, del crujir de las ramas o del sonido del movimiento de los árboles con el viento, la ambientación es ideal para una buena escena de cruising.
En este contexto, la voz del ornitólogo nos va narrando los misterios del ritual de seducción ancestral entre los hombres, como si de un documental de animales se tratase. Los dos chicos que se han encontrado en este paraje natural y que parece que han hecho "match", reproducen ante los ojos del ornitólogo el mayor símbolo de amor y supervivencia entre los pájaros: compartir un gusano, en este caso, de gominola. Ese plano detalle de las bocas de los dos chicos besándose, mientras se pasan de labio a labio la gomita es más propio de un programa de Discovery Channel que de una peli porno.
Nos gusta el personaje del ornitólogo, por su peculiaridad y originalidad. Un hombre que se sale de lo que entendemos como físico normativo, con esa barba con tintes de colores y ese vello por todo el cuerpo. No es el típico tío en el que te fijarías en una salida de cruising, aunque sí el más morboso, sobre todo, si venimos de contemplar a esas dos bellas especies de mirlos comunes mientras se comen la boca. Pero en este ritual de seducción se suma una nueva especie, un petirrojo, que va solo como el amante de los pájaros y que, como él, disfruta con la contemplación de lo que ocurre en el medio natural mientras se hacen una paja, incluso compartida al final de esta primera parte.
En la segunda parte, el ornitólogo se centra en disfrutar de la contemplación del encantador cortejo entre dos machos. ¡Y vaya ejemplares! El plano cenital de la cámara mientras ambos se masturban mutuamente, con sus vigorosos y grandes sexos en primer plano sí que es un auténtico documento de la naturaleza humana. Mientras el ornitóligo y el petirrojo, que aún anda por la escena, no se pierden detalle de nada lo que ocurre entre estos dos pájaros.
Y si pensabas que ya lo habías oído todo con esa similitud entre la alimentación de los mirlos y el jugueteo de los dos chicos con las gominolas, te equivocas. El ornitólogo compara el proceso de retroalimentación en aves, que incluye el roce y cruce de "picos" con ese toqueteo mutuo de las pollas, una frente a la otra. Dice que puede ser interpretado como un acto de comunicación no verbal, que intercambia señales de confianza y cooperación, esenciales para el éxito reproductivo. Increíble y maravilloso. Muy ingenioso, sí, señor.
El sonido de la naturaleza se ve sustituido por unos cantos africanos que suelen poner banda sonora a los momentos centrales del cortejo entre las especies humanas en este espacio de cruising. Y las voces del continente vecino solo se callan cuando ellos se desprenden de su esencia más íntima para entregarla a la naturaleza mediante sus eyaculaciones. Como el ornitólogo se desprende al final de la escena de su anillo rojo o "cockring", encontrado en este paraje, su medio natural, mientras él sigue en la búsqueda de las maravillas ocultas de la naturaleza. Esperemos que vuelva pronto para contárnoslas.
- Lo mejor: La ambientación de la escena y el paralelismo con los documentales de naturaleza.
- Una pega: Que el ornitólogo hable en inglés y tengas que estar pendiente de los subtítulos.
- Un apunte: Con esta escena nace la pornitología.
- Puntuación: ★★★★★.
Wonderful!
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