El provocador Pol Torres en la cocina de Bake it cum
El programa de porno-cocina, Bake it Cum, recibe a Pol Torres que cocina tarta de queso con Bel Gris.
Era uno de los regresos más esperados de la televisión. Después de mucho tiempo de espera, ha vuelto Bake it cum, el único programa de cocina en el que, en lugar de comerse los platos elaborados, se come al invitado. Una creación de Maripaini Produccionex para Tetatita, en la que, en esta nueva entrega, el anfitrión, Bel Gris, recibe al actor porno Pol Torres.
- Título: Bake it cum. Pol Torres.
- Duración: 14:56 y 14:53 minutos.
- Creación: Maripaini Produccionex.
- Productora: Tetatita.
- Actores: Bel Gris y Pol Torres.
- Temática: cocina, pajas, mamadas, gayfriendly.
Echábamos ya de meno alguna nueva entrega de Bake it cum, una propuesta diferente, un contenido porno alternativo al habitual que podemos encontrar en la productora Tetatita. Maripaini Produccionex, que es la creadora, vuelve a apostar por mezclar la cocina y el sexo, dos ingredientes que siempre han estado muy relacionados en el universo onírico y onanista de toda la humanidad.
¿Quién no ha fantaseado con follar con un chico o una chica en la cocina, sobre la mesa o la encimera, rodeado de ingredientes que se van desparramando sobre sus cuerpos en el fragor de la batalla sexual? Pues casi todo el mundo. No obstante, el famoso encuentro sexual sobre la mesa de la cocina que tienen Jessica Lange y Jack Nicholson en la película El cartero siempre llama dos veces (1981) está considerada como la mejor escena de sexo de todos los tiempos en el cine.
Bake it cum vuelve a contar con Bel Gris como maestro de ceremonia, ¿y quién mejor? El actor, director y productor porno vuelve a demostrar su ingenio como presentador, con un estilo desenfadado y divertido, en el que se suceden los chistes improvisados. Por destacar algunos, bastante malos, pero contados con gracia, aquel en el que asegura estar sorprendido, como las monjas que se queman, "sor-prender" o ese otro que asegura que los mexicanos no juegan al billar porque "se comen los tacos". Sí, son malos, lo advertí.
Un guiño a México, ya que el invitado de esta nueva entrega reside en el país de los mariachis y la enchilada, a donde se ha ido a vivir, bromea Bel, con cierta sorna o crítica social, "para blanquear dinero". Lanzando una nueva pullita al corregir el nombre en inglés del postre que van a cocinar, cheesecake, "ya que los mexicanos no lo dicen así porque están enfadados con Donald Trump". Es un pastel de queso de toda la vida.
Desde su entrada en las cocinas de Bake it Cum, Pol Torres aparece como un provocador que no se amilana ante los comentarios de Bel. "A mí lo que me gusta es blanquear otras cosas", afirma, mientras reconoce que está muy contento por estar en su programa favorito. Ambos ya se conocen de antes, al parecer, con una playa y una paja de por medio, pero no nos termina de provocar demasiado morbo esta pareja en acción. Hay tonteo, como en todos los programas, jugando con los ingrendientes, como el queso para huntar que exparcen sobre sus cuerpos. Empieza a subir la temperatura y pronto comienzan a sobrar los delantales.
Pero si, por no tuvieran bastante con el queso, entra en juego la nata montada, que tendrá un papel protagonista en esta escena, y comienzan a echarla sobre sus torsos y a lamerla, como si fueran dos tentadores de La isla de las tentaciones. Ambos ya están algo morcillones, casi empalmados, con este jueguecito de los ingredientes y con los meneos que el invitado le está dando al pene del presentador. "La sabe cascar bien", le dice Bel, "¿dónde has aprendido, en el colegio?".
Pol sugiere a Bel que use su gran polla como mortero para crujir las galletas del postre. Pero, este tiene otro plan, una fantasía por cumplir, ponerse el sombrero mexicano que Pol le ha regalado y que le hagan una mamada. Deseo cumplido y entramos en la segunda parte del programa.
Aunque Bel Gris ya se ha relajado bastante en las escenas de sexo con chicos y lo vemos con mucha naturalidad mamando cualquier polla que se le pone por delante, en este programa hemos notado cierto retroceso. No mama, literalmente, el rabo de Pol, simplemente se limita a lamerlo en una ocasión con la lengua, mientras que juega con la nata. Es más sugerente, eso sí, pero menos pornográfico.
A base de programas, me he dado cuenta de que no me pone el hecho de embadurnar los cuerpos con los ingredientes dulces de los postres porque tengo la sensación de que debe ser algo incómodo y pringoso. Pero, sin lugar a duda, uno de los momentos más morbosos es cuando vuelven a jugar con la nata montada. Bel tumbado sobre la encimera, mientras Pol le come la polla. Aquel echa algo de nata en la puenta, mientras este se la come y sigue con sus juegos bucales para dar paso a Bel con el bote boca abajo, echando nata en su boca, como si fuese una buena y espesa corrida.
Los planos favoritos han sido dos. El picado en el que se produce el choque de los dos penes, mientras se los menean, y el contrapicado en el que Pol le come la polla al maestro de ceremonias, mientras observamos desde abajo el culo y los huevos de Bel. Muy sugerente y excitante, sí señor.
Como curiosidad, y creo que es la primera vez que pasa, presentador e invitado dejan la cocina para seguir la acción en el dormitorio, donde Bel se folla a Pol. Se nota que ha habido ducha de por medio, los cuerpos ya no están pringados de queso y nata, y tenemos varios minutos de penetración sobre la cama. Es un giro de guion, que siempre se agradece, pero, quizás, rompe con el juego de la porno-cocina. No se entiende por qué no han podido follar sobre o encima de la encimera, como Jack y Jessica en la película de Bob Rafelson.
Eso sí, vuelven a la cocina, donde, de repente, ambos aparecen meneando sus pollas para buscar un final algo abrupto y correrse sobre el recipiente en el que están preparando el postre. Hay corrida por ambas partes, aunque no risa por parte de Bel. Los dos han aportado el ingrediente mágico para que, de repente, nos presenten una perfecta tarta de queso a la que le falta el envase.
Pero las sorpresas no terminan aquí y aprovechan este pastel, con vela incluida para celebrar que es el cumpleaños del director de la escena, al que cantan el Cumpleaños Feliz, uno con más acierto que otro. Por cierto, qué guapo el director, todo un descubrimiento, al que Bel y Pol comienzan a meter mano al final de la escena y nos dejan con la duda de si este trío improvisado va a tener continuación. ¿Continuará? Se preguntan. Habrá que estar atentos.
- Lo mejor: El momento nata montada en la encimera de la cocina.
- Una pega: Nos ha faltado morbo entre la pareja.
- Una curiosidad: Primer programa que combina la cocina con el porno.
- Puntuación: ★★★☆☆
Si quieres ver la escena, entra en el siguiente enlace.
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