Ojetes calurosos del vestuario

culos

Los chicos del vestuario presumen de anos en nuestra especial jornada de culos abiertos

Para muchos, sobre todo los activos, es la puerta al cielo del disfrute. Estamos hablando del ano, que la RAE define como el orificio en que remata el conducto digestivo y por el cual se expele el excremento. Es la parte del cuerpo que más amor y odio puede generar a la vez, pero, reconocemos, que tambien es una de las que más curiosidad nos despierta en los hombres. Seamos gays o heteros, activos o pasivos, tenemos que estar muy orgullosos del acceso al punto más erógeno de la anatomía masculina y, hoy, era una buena oportunidad para presumir de él. Y tú, ¿también eres de ojete caluroso, como los 21 chicos que nos lo muestran en este especial?

Pero, ¿lo sabes todo del ano? Pues, en este especial, además de disfrutar de los ojetes de nuestros chicos, te contamos algunas curiosidades de él.  Y es que el ano es más que un agujero, está formado por dos músculos llamados esfínter interno (involuntario) y esfínter externo (voluntario). Estos permiten controlar cuándo se retienen o se liberan los gases y las heces. 

El ano ttiene una gran cantidad de terminaciones nerviosas, lo que lo hace muy sensible al tacto, temperatura y presión. Además, es una de las zonas erógenas del cuerpo, tanto en hombres como en mujeres.

Tiene discriminación rectal. ¿Y eso que es? Pues que el ano tiene la capacidad de distinguir si necesitamos soltar un pedo, evacuar o contenernos. Esto es posible gracias a los nervios y sensores que detectan consistencias. 

Y aunque, de manera genérica, pueda parecer un tema desagradable, liberar el instentino genera una pequeña descarga de dopamina, por lo que muchas personas sienten alivio o, incluso, placer al defecar. Algunos lo llaman, no sin cierta sorna, el orgasmo del baño.

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La palabra ojete, que hemos elegido en este especial para hablar del ano, es un término que viene del latín 'óculus', que es algo similar a un agujero o huequito.  Aunque es un término que se emplea, digamos, de forma vulgar o cómica, ojete también puede hacer referencia a botón de ojal, que es el ojete de una camisa.

¿Sabías que el ojete no se limpua igual en todos los países del mundo? Aunque en España, lo más habitual es el uso del papel higiénico, seco o húmedo, o las contraproducentes para el inodoro toallitas, en países asiáticos se suele emplear agua, bien en bidé (tan infravalorado), ducha o jarra. Mientras que en Japón, siempre en la delantera tecnológica, los inodoros tienen funciones de limpieza con agua tibia y secado, mediante controle digitales.

Y, aunque puede ser un pensamiento generalizado, hoy venimos a desmentir que el ano sea un canal elástico, no se vuelve flojo por sí solo. Por lo que su tono muscular vuelve a la normalidad tras una dilatación temporal... Ya nos entiendes. Por lo que este pensamiento es un mito sin base científica, salvo en casos extremos de daño muscular o neurológico.

Cultura Pop
En la actualidad, el ano aparece en la comedia, el arte contemporáneo, la literatura erótica y la pornografía. Artistas como Paul McCarthy y Marina Abramović han explorado lo anal como tema de crítica social y corporalidad. Mientras que en series como South Park o Rick and Morty lo usan en tono satírico, jugando con el tabú.

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Y dándonos un repaso por la historia, que sepáis que los griegos y romanos hablaban del ano con mayor libertad que en muchas sociedades modernas. Algunos poemas eróticos y sátiras romanas, como las de Marcial o Cátulo, hacen referencias explicitas al ojete, como símbolo de deseo o como motivo de burla. Además, el coito anal, entre hombres y también con mujeres, era conocido y regulado en códigos sociales.

Cuando se adentraron en la Edad Media, el cuerpo comenzó a ser visto como pecaminoso y el ano, como la parte más baja y sucia del mismo. En algunas ilustraciones medievales grotescas, el diablo era representado como un ser que entraba o salía por el ano. En el arte sacro, era excluido por ser símbolo del pecado en textos cristianos.

En el Renacimiento, aunque se celebraba la anatomía, el ano seguía siendo omitido visualmente y se mostraba el cuerpo desnudo, pero nunca el ojete de manera explícita... por decoro.

Ya en el siglo XX, con Freud y el psicoanálisis, el ano pasó der solo una parte corporal a un símbolo psicológico para hablar de la fase anal, control, placer o represión. En los años 70 y 80, los movimientos LGBT+ empezaron a reclamar el cuerpo y el sexo anal sin tabúes. Fue cuando comenzaron  a aparecer los primeros manuales de salud sexual para hombres que tienen sexo con otros hombres y campañas sobre prácticas seguras. 

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En definitiva, el ano ha sido:
  • Objeto de deseo y repulsión.
  • Silenciado por la religión.
  • Estudiado por la medicina.
  • Ignorado y redescubierto por el arte.
  • Reivindicado por movimientos sociales.



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