Una lucha de egos pura y ¿dura?
Crítica de una nueva escena de lucha libre 'erótica' de Hunkswrestling con Tripp Evans y Ricardo Ramos.
Hunkswrestling ha enfrentado por primera vez a Ricardo Ramos y Tripp Evans en un encuentro cuerpo a cuerpo en la sala de lucha del gimnasio. En esta nueva producción primará la rivalidad hombre a hombre y vuelve a brillar el derroche de testosterona entre dos maromos cuyo único fin en este combate es demostrar que son superiores a su contrincante. Para ello, no cejarán en su empeño de dominar y humillar a su rival.
- Título: Ricardo Ramos vs Tripp Evans.
- Duración: 31:05 minutos.
- Producción: NewVision Entertainment para Hunkswrestling.com y Bluemarket online.
- Actores/Luchadores: Ricardo Ramos y Tripp Evans.
- Temática: lucha libre, bañadores, suspensorios, erotismo.
A veces, cuando veo una escena de lucha libre de Hunkswrestling me asalta la duda de qué tipo de público suele consumir este tipo de producto. Evidentemente, tienen que ser amantes de la lucha libre, pero ¿solamente? Quiero decir, ¿hay hombres heteros, incluso mujeres, a los que les guste este tipo de contenido? Supongo que sí, pero me temo que el factor homosexual tiene un papel predominante en el consumo de este tipo de escenas. Gays a los que les guste ver a dos hombres en un combate. Ya hemos dicho en más de una ocasión, que el hecho de ver a dos tíos, con poca ropa, y luchando cuerpo a cuerpo en el cuadrilátero ya es una experiencia morbosa de por sí. Si luego le añades algún extra de toqueteos o roceteos durante la lucha, se incrementa el nivel de morbo. En esta escena, el menú no lleva ese extra, es el básico.
Los protagonistas de este enfrentamiento, como ya se ha mencionado, son, por una parte, Tripp Evans, un luchador más descarado y abiertamente gay, y, por otra, Ricardo Ramos, un maromo grande y velludo, de cadena al cuello y muy atractivo, por cierto, del que desconocemos su tendencia sexual, pero me da a mí la sensación que tira más para la heterosexualidad... O, al menos, así lo demuestra en esta escena, en la que no se palpa esa tensión sexual no resuelta que hemos sentido en otras producciones, en las que las manos, ¿inconscientemente?, se van a tocar el pan, es decir, el paquete o, incluso, el culo del oponente. No hay, además, esos momentos de culos o paquetes en cara, que tanto nos gustan, y que en esta ocasión hubiese resultado muy morboso, ya que ver a Tripp poniendo su trasero al aire, en suspensorio, en la cara de Ramos hubiera sido todo un subidón en el más estricto sentido de la palabra.
Ricardo y Tripp se presentan en esta escena como dos hombres muy orgullosos y seguros de sí mismos (ya conocíamos la chulería de Evans), que deciden medir sus fuerzas en un encuentro muy esperado por los amantes de este género. Primero lo harán con pruebas físicas, luego en el tatami de la sala de lucha para terminar en el ring, donde, finalmente, uno de los dos alcanzará la victoria.
El arranque es muy similar al del resto de creaciones para Hunkswrestling. En este acaso, aparece Tripp Evans en solitario, que comienza a calentar o a estirar sus músculos en el tatami. Pronto, entra en acción el que será su rival, el español Ricardo Ramos y, como es habitual en este tipo de escenas, no tardan mucho en comenzar a comparar sus músculos, a quitarse la camiseta, para demostrarle al otro que su torso es el más terso y duro como una roca de los dos. El pavoneo de ambos va en aumento y, al mínimo gesto, en este caso el lanzamiento de una gorra, la de Ramos, que Evans tira al suelo, enciende la mecha del combate.
Es curioso como, aunque en un principio ambos hablan en inglés, Ricardo opta finalmente por el español, que no abandonará durante el resto de la escena, lanzando algunas frases a su rival, que Tripp intentará imitar y reproducir con su personal spanglish. Como el ¡Qué haces! del comienzo que le lanza Ricardo Ramos a Tripp Evans, cuando este le quita la gorra que luce y la tira.
Pronto, la ropa comienza a estorbar a estos luchadores o, al menos a Evans, que le quita las calzonas a Ricardo y lo deja luciendo solo un slip de competición muy colorista con estampados 'versagescos'. Este le pregunta si tiene algún problema con su vestimenta, al ver que se la quiere quitar toda y lo entendemos, ya que, si fuera por mí, también le hubiese quitado el bañador de estampados. ¿Para cuándo una escena de lucha libre sin ropa? Ahí lo dejo. Sin ropa no, pero, en busca de la equidad, Ricardo Ramos le quita también las calzonas a su oponente y Tripp nos vuelve a sorprender con sus famosos suspensorios amarillos.
Es lo más sexy que vamos a ver en este combate. El cuerpo semidesnudo de Evans , luciendo esta sugerente prenda interior. Lo más erótico de esta escena serán los planos de los operadores de cámaras mostrándonos el culo de Tripp en las diferentes llaves o posturas en la lucha con su rival. Por no hablar de su paquete ¿morcillón?, con esas ¿extrañas? Manchas húmedas, que bien pueden ser de sudor o de otra sustancia segregada por el sexo viril del luchador. También hay un primer plano de este detalle. Bien por el trabajo de los cámaras.
Por lo demás, no deja de ser una escena tipo, de manual, de lucha libre entre dos hombres. Durante la media hora que dura este combate ambos se limitan a golpear sus cuerpos con el puño, sobre todo en la zona abdominal, y a hacer algunas de las llaves más típicas de la lucha libre con el único fin de tirar a su oponente sobre el suelo para contar los ya tan famosos tres golpes en el suelo que le den la victoria. Todo el combate es un toma y daca, muy igualado, en el que uno y otro dan y reciben por igual, con momentos de gloria y triunfo y otros de sumisión y derrota.
Hay que alabar el trabajo de contención de Tripp Evans, que respeta el espacio de su compañero de lucha, controlando que las manos no se vayan donde no deben o evitando posturas demasiado explícitas o que generen un contacto físico que esté fuera de lo heteronormativo. Por ello, en esta escena lo vemos más contenido en todos los sentidos, algo alejado de la actitud chulesca y provocativa que hemos visto en otros combates. Esto es algo meritorio y que dice mucho de su buen trabajo como actor, por lo que enhorabuena.
Y aunque Ramos no haya querido entrar en ese juego sexual, a la escena la falta un poco de picardía, teniendo en cuenta, bajo mu humilde opinión, el público que ve estos vídeos son hombres a los que le gustan también los hombres. A Ricardo no se le mueve del sitio en ningún momento su bañador chic, como si estuviese pegado al cuerpo. Yo le hubiese tirado un poco dejando media nalga fuera o se lo había bajado en una de estas poses de lucha, mostrando al público parte de su vello púbico... Nada mas. Solo con eso, el plus ese extra de morbo lo hubiese tenido.
Eso sí, me gusta de los vídeos de Hunkwrestling la naturalidad con la que te presentan la acción. Hay dos cámaras en escena que lo graban todo con cierta distancia, sin planos invasivos, manteniendo la ya también comentada posición del espectador. Es decir, graban desde una posición que te hacen sentir que tú también puedes estar allí viendo lo que está ocurriendo. En ocasiones, dentro de esa filosofía amateur, se cuelan en plano las zapatillas de un cámara e, incluso, el cámara al completo, reflejado en el espejo de la sala de lucha del gimnasio. No es una grabación muy producida, lo que ves es lo que pasó y se filmó a través del objetivo de la cámara, y eso le da más realismo a la escena y nos gusta.
- Lo mejor: Tripp Evans se está convirtiendo en todo un experto del género.
- Una pega: Entendemos que es una escena de lucha libre, pero, para nuestro gusto, algo sosa.
- Una curiosidad: Primer combate entre Tripp Evans y Ricardo Ramos.
- Puntuación: ★★★☆☆
Puedes ver este y otros vídeos de lucha libre en el siguiente enlace.
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