Hagas lo que hagas, ponte bragas
Los chicos del vestuario juegan a ponerse o quitarse la ropa interior en uno de los momentos íntimos más morbosos
¿Hay algo más erótico que un hombre a punto de quitarse o ponerse la ropa interior? De esta forma comenzó todo. Así se puso en marcha este especial que pretende visualizar uno de los momentos más morbosos para muchos de nosotros, el de la desnudez plena que comienza a asomar o escondere. Por ello, invitamos a nuestros chicos del vestuario a que compartiesen con notros ese instante, el de desnudarse o vestirse, una situación íntima en la que solo entra en juego el cuerpo del hombre y su ropa interior. El resultado es una sucesión de instantáneas en las que cada uno de los chicos tiene una manera diferente de jugar con ese morbo. Ahora lo ves y ahora no lo ves. Unos prefieren vestirse y otros, desvestirse, pero aquí siempre preferimos verlo todo.
Dentro del terreno de la sexualidad humana, hay personas que experimentan excitación al ver a un hombre quitándose o poniéndose la ropa interior. Es un momento determinante en el voyeurismo, el del inicio o el fin, el de la inquietud por ver lo que se esconde debajo de esa prenda íntima, pero, también, porque en apenas unos segundos se puede ocultar el tesoro. Este tipo de atracción puede considerarse una parafilia leve o un fetiche relacionado con el 'undressing fetish', es decir, la excitación asociada al acto de vestirse o desvestirse, más que al cuerpo desnudo en sí.
Esta sensación se considera que forma parte de la gran diversidad sexual y no se trata de una patología en si misma, sino de una variación del deseo. Eso sí, siempre que sea consensuada y no interfiera negativamente en la vida de nadie. ¡Bastaría mas! Que nos guste ver a un hombre quitarse o ponerse la ropa interior, no implica que tengamos que traspasar, por ejemplo, fronteras legales, grabándolo o fotografiándolo en la intimidad de un vestuario.Tenemos que comenzar a disfrutar con la contemplación, más que con el deseo de capturarlo todo.
Además, también juega un papel importante el simbolismo de la intimidad. Es decir, este momento de cambiarse la ropa interior suele ser, normalmente, privado, por lo que presenciarlo se asocia a cercanía y vulnerabilidad.
Esto también forma parte del refuerzo aprendido. Si alguien experimentó excitación en situaciones similares tempranas, como en una relación pasada, el cerebro puede vincuilar ese estímulo concreto al deseo. En el fondo, somos más racionales de lo que pensamos y todo suele pasar por nuestra cabeza, la de arriba, la que sostenemos con los hombros.
Pero en todo esto, también hay un poco de contexto cultural e histórico. Por ejemplo, en la moda masculina, campañas publicitarias de firmas como Calvin Klein o Armani han explotado en ocasiones la estética de un hombre vistiéndose o desvistiéndose para transmitir una pincelada de sensualidad y sexualidad, por supuesto.
Pero no solo la moda, en el arte y la fotografía contemporánea, capturar estos momentos intermedios ha sido un recurso para transmitir naturalidad y deseo sin mostrar desnudez explícita. Es el término erotismo llevado a su máxima expresión de apostar por la sugerencia, más que por lo explícito. Además de que, con la pornografía a un solo clic, cada vez más nos refugiamos en evocaciones eróticas, en imaginar hasta contemplar y volver a recordar, cuando ya se ha mirado.
Pero esa filia no es algo aislado, ya que las plataformas de entretenimiento para adultos y las redes sociales han convertido este fetiche en un género muy solicitado.
Normalmente, cuando tenemos alguna filia o fetiche sexual, tendemos a ocultarlo o mantenerlo como algo ímtimo o privado. La mayoría de las veces, por miedo a la incomprensión, a que las otras personas no entiendan que nos puede dar morbo tal o cual cosa.
Normalmente, cuando tenemos alguna filia o fetiche sexual, tendemos a ocultarlo o mantenerlo como algo ímtimo o privado. La mayoría de las veces, por miedo a la incomprensión, a que las otras personas no entiendan que nos puede dar morbo tal o cual cosa.
Sin embargo, en el ámbito de la pareja, la comunicación puede ser un arma muy eficar, ya que hablar abiertamente con la otra persona sobre fantasías de esta índole puede fortalecer la confianza y enriquecer la vida sexual.
A su vez, reconocer que existen múltiples expresiones del deseo, ayudar a acabar con los estigmas y a normalizar determinadas preferencias sexuales que no causan daño. Es símbolo de diversidad sexual.
En definitiva, la atracción por ver a hombres poniéndose o quitándose la ropa interior es solo una de las innumerables formas en que el deseo humano puede manifestarse. Comprender estas variaciones, en lugar de juzgarlas, permite una visión más amplia y empática de la sexualidad. Cuando se aborda con madurez, comunicación y respeto mutuo, puede convertirse en un elemento lúdico y positivo dentro de la vida íntima. Y eso es lo que nos gusta en nuestro vestuario, disfrutar de nuestros morbos desde el respeto y la madurez.
Fotos cedidas por los chicos participantes a través de las redes sociales o correo electrónico.
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