El hombre más sexy del mundo es gay

El actor Jonathan Bailey se convierte en el primer hombre homosexual que recibe esta distinción de la revista People

El mundo ya tiene a su hombre más sexy de este 2025, al menos, según la revista People, que es la que concede este premio cada año entre los personajes más famosos del planeta. En esta ocasión, la distinción Sexiest Man Alive ha recaído por primera vez en un hombre gay. Todo un honor para el colectivo LGTBIQ y una alegría que el elegido haya sido Jonathan Bailey, uno de esos actores que más nos alegran la vista con sus apariciones en la pequeña y gran pantalla.

Este actor británico, de 37 años de edad, que ha protagonizado series como Los Bridgerton, Broadchurch y Leonardo, así como películas como Wicked y la última de la saga Jurassic World, toma así el testigo de John Krasinsky, que subió al trono en 2024, y de Patrick Dempsey, en 2023. Es ya el 40º escogido por la publicación estadounidense.

Los motivos que han llevado a la revista People a elegir a Jonathan como el hombre vivo más sexy del mundo en este año 2025 no son solo de apariencia o físico. También se ha tenido en cuenta su carisma, su trayectoria ascendente y su compromiso social. Este magazine también pone el énfasis en cómo combina talento, humor y autenticidad en su carrera.

Al aceptar el premio,  Bailey lo definió como “el honor de mi vida” y bromeó diciendo que solo había compartido la noticia con su perro Benson antes del anuncio público. Eso sí, previamente reaccionó con humor a este reconocimiento y lo calificó como "completamente absurdo".

Bailey tiene una carrera en el teatro, el cine y la televisión desde que era niño, pero la ha desarrollado más especialmente en los últimos cinco años. Y es que, este chico criado en Oxfordshire, en una zona rural británica,  supo desde que tenía cinco años que quería ser actor.  Lo descubrió con tan solo cinco años, viendo una representación de la obra Oliver con su abuela. Con solo siete, según cuenta en la propia revista People, ya estaba subido en un escenario con la Royal Shakespeare Company en Londres. 

Uno de los papeles por el que más ha llamado la atención del colectivo ha sido el de Timothy Laughlin en la serie Fellow Travelers. Ambientada en los Estados Unidos de los años 50, durante la era del macartismo, sigue la historia de de Hawkins 'Hawk' Fuller, al que da vida Matt Bomer, un funcionario carismático del gobierno, y el ya mencionado personaje de Bailey, un joven idealista católico que inicia su carrera política.

Entre ambos surge una pasión intensa, peligrosa y secreta, en un momento en que ser homosexual podía arruinar vidas y carreras. A lo largo de las décadas, la serie muestra su relación en distintos periodos históricos —Vietnam, los años 80 con la crisis del SIDA— y cómo su amor resiste (y se fractura) ante los cambios del mundo y de ellos mismos.Por lo que, Fellow Travelers no solo es un romance, sino también una crónica política y emocional sobre cómo la represión moldeó generaciones de hombres gays.

Su interpretación de Timothy Laughlin combina sensualidad, ternura y dolor de una forma que trasciende lo erótico.

Jonathan se declaró abiertamente gay en el año 2018, después de hacerlo en privado con amigos y familiares años atrás. Actualmente, es todo un defensor de la visibilidad LGTBIQ+ y ha fundado la organización benéfica The Shameless Fund, que recauda fondos para organizaciones de este colectivo a nivel internacional a través de colaboraciones con marcas.

Actualmente no tiene pareja, que se le conozca, pero él mismo ha confesado que su primer amor platónico fue el príncope Eric de La Sirenita.  Además, ha desvelado su miedo por las serpientes y su deseo de ser padre, claro está. "si los planetas se alinean", aunque confiesa que sería un desastre ayudando con los deberes. Jonathan se define a sí mismo como una persona activa (en el sentido amplio de la palabra), aficionado al ciclismo, la natación y el senderismo, habiendo completado maratones y triatlones.

Durante décadas, el concepto de sex symbol en la cultura popular estaba reservado a una imagen muy concreta: virilidad tradicional, silencio emocional y deseo proyectado desde la distancia. Pero llegó Jonathan Bailey, y con él, una revolución suave, británica y auténtica.

Él mismo confesaba en una entrevista que ser sexy "no es ocultar quien eres, sino tener el valor de mostrarlo". Al ser abiertamente gay, esa honestidad lo hace aún más atractivo. Su magnetismo no se apoya en la fantasía, sino en la verdad: un hombre guapo, talentoso y sin miedo de ser él mismo. En tiempos donde la autenticidad es el nuevo lujo, su presencia representa una masculinidad real, alejada de los estereotipos.

Bailey no solo encarna el atractivo físico de mirada intensa, sonrisa cómplice, elegancia natural, sino también una energía emocional que conecta con el público. Su magnetismo proviene de esa tensión entre deseo y vulnerabilidad, algo que lo convierte en un sex symbol emocional.