Homenaje al porno homosexual clásico

Crítica de la escena porno Dúchate con Bel Gris 1 y 2 con Peter Sinnertpit

Bel Gris sigue sorprendiendo en el porno y lo hace desde lo simple y eso es lo más difícil. Recientemente, ha estrenado para la productora Tetatita una nueva serie, Dúchate con Bel Gris, y su primer invitado, porque esperamos que tenga más capítulos, es Peter Sinnerpit. La escena, aparentemente, tiene menos complejidad que el mecanismo de un chupete y, como su nombre indica, nos ofrece a Bel duchándose con su invitado. Pero, en Tetatita, nada es lo que parece y el sexo y el morbo siempre están servidos.

• Título: Dúchate con Bel Gris 1 y 2.
• Duracion: 8:48 y 9:00 minutos.
• Guión y dirección: Bel Gris.
• Producción: Tetatita.
• Actores: Bel Gris y Peter Sinnerpit.
• Temática: sexo homosexual, sexo acuático.

El comienzo de la escena nos teletransporta a la televisión de la década de los 80, a uno de esos reportajes callejeros en los que el reportero preguntaba a los viandantes "¿Tendría usted un hijo homosexual?" a lo que la mayoría respondía con  un "prefiero uno drogadicto".  En este caso, Bel, con cara de circunstancias, como si estuviéramos en un reportaje de Informe Semanal, le pregunta a su invitado "¿Por qué le gusta ducharse con hombres?". Todo ello, con un fondo neutro de color verde, con una rotulación muy setentera y una música en la misma línea.  Con cara de señora revenida de pelo cardado y mirando a cámara, vuelve a preguntar "Entonces, ¿le gusta ducharse en sitios públicos? y "¿Qué hace, mira a los otros hombres, se toca?"

Tras la cortinilla de Dúchate con Bel Gris, pasamos a la acción, en este caso, a la ducha. Con un cromatismo muy de los 70, con ese tono rojizo o anaranjado, Peter rompe el hielo y se mete debajo de la alcachofa, mientras que Bel lo contempla desde fuera antes de secundarlo. Todo parece ir en sintonía, como el look de Gris, con ese bigote tan propio del movimiento Stonewall, y ese bello púbico que predominaba en los chicos de las primeras películas para adultos. Estamos hablando del 'clone look', inspirado en los marineros, obreros o moteros, con cuerpos naturales, bigotes, vello corporal y estética masculina clásica.

Esta producción de 2025 recuerda mucho a ese cine que comenzó siendo clandestino, que se filmaba en 8 mm y se distribuía de manera secreta. Unas películas que combinaban erotismo con narrativa, mostrando historias de deseo, amistad o liberación. El cine de aquella época era una declaración cultural, mucho más que una simple y burda escena sexual, que es lo que vemos que hace habitualmente la productora Tetatita en cada una de sus creaciones. 

Pronto, las curiosas preguntas del anfitrión van quedando en un segundo plano y pasamos al tradicional yo te enjabono y tú me enjabonas con el que muchos gays del mundo hemos aprendido más a gusto las conjugaciones verbales. Todo ello, con secuencias intercaladas de los primeros planos de los sexos de ambos, en un continuo crecimiento a medida que la ducha compartida sigue su curso.

También hay mucha reminiscencia de ese cine gay carcelario de la época, sobre todo en los planos más cerrados en los que la tonalidad se torna azulona. Podría parecer, perfectamente, el encuentro en las duchas del penal del Puerto de Santa María de dos presidiarios. Primero, empiezan más tímidamente con roceteos, por delante, con lucha de espadas, y por detras, simulando un trenecito; para pasar a masturbarse y masturbar al otro, antes de que la cosa vaya a más y pasen a las mamadas, con un Bel Gris cada vez más integrado, como uno de los nuestros, sin olvidar las comidas de culo. Que no falten.

Antes de llegar al final de la primera parte, esa pose de Bel Gris con las piernas flexionadas, casi en cuclillas, sirviéndonos bien de culo peludo, mientras Peter le come los huevos y la polla, es el mejor momento de la primera entrega. 

Y cuando pensabas que ya estábamos metidos en faena y que de la ducha no salíamos, llega la segunda entrega y empieza sorprendiéndonos. Se recupera el fondo neutro verde, mientras que Bel y Peter, que aparecen con ropa nuevamente, comienzan a desvertirse en una visual clase de cómo desnudarse y doblar bien la ropa. Las referencias en el cine de Bel Gris y Tetatita son continuas, como sus guiños. La estética de este momento nos recuerda a esas fotos que todos hemos buscado ávidamente en las enciclopedias de anatomía para ver por primera vez a un hombre desnudo.  Ese momento de posar de frente y de perfil, como si estuvieran en un reconocimiento policial (de nuevo el porno gay carcelario), me teletransporta a ese material gráfico de antaño y que ha servido de incentivo onanista para muchos.

Hemos salido de la ducha, eso lo confirmamos, pero de lo que no nos desvinculamos es de esa estética setentera en esta segunda parte. Bel, sentado en una silla victoriana, le ofrece a Peter su sexo para que este comience a jugar con él. El plano es puro erotismo, sobre todo con esa iluminación tan protagonista y que recuerda a la superficialidad de las luces del cine clásico. Y no hemos hablado todavía de ese nuevo guiño al porno gay interracial, que no es otra cosa que una escena entre dos hombres de diferente raza, en este caso, un blanco y un negro. Algo que, antiguamente, se remarcaba mucho, como un subgénero del porno y que, en la actualidad, afortundamente, se vive de una manera más fluida y natural.

Los tonos cálidos y fríos se van intercalando durante la acción, en plena paja y mamada de Peter a Bel, pasando de los planos más abiertos y anaranjados a los más cerrados y azulones, pero qué bonita es la fotografía, en su sencillez. Un fondo, una silla, un hombre sentado con vello corporal y bigote y un chico negro, con un físico escultural, de rodilla, dando placer  a su pareja sexual. Y el juego que da la silla, que lo mismo sirve para sentarse que para apoyase sobre ella en una acrobática postura mientras te chupan la polla o para arrodillarte sobre ella mientras te la meten por el culo.

Y, al final, hasta sobran los elementos escénicos, ya sea la citada silla o dos taburetes que también hacen acto de aparición. Ya solo quedan los dos cuerpos y el sexo, con corrida incluida, sobre el fondo verde. Sencillamente magnífico. Y no queremos pasar por alto antes de terminar, como Tetatita remarca en las etiquetas de la escena, que lo que vemos es sexo homosexual en todo su esplendor. Hasta la fecha, hemos visto "tonteos" de Bel Gris con el "género", pero en Dúchate con... su creador ha consumado una escena de sexo gay plena. Enhorabuena.

• Lo mejor: Ver a Bel Gris en una escena de porno homosexual plena.
• Una pega: No la he encontrado.
• Un apunte: Primera entrega de la serie Dúchate con Bel Gris.
• Puntuación: ★★★★★

Puedes ver la escena en el siguiente enlace