El primer Papa al que adoro

Nunca imaginé que fuese a hablar de la Iglesia Católica en este vestuario, pero cuando se trata de Jude Law todo está permitido. Él es el culpable, o lo sería, de que, de repente, me entrase una fe extraordinaria y repentina, convirtiéndose en el primer Papa al que adoro. Pero claro, estoy hablando de la ficción y de la serie de la HBO, The young Pope, que el actor británico genialmente interpreta.


Desde que pusiera su personalidad al servicio de Dickie Greenleaf, personaje de El Talento de Mr. Ripley, la película favorita de mi vida, vivo enamorado, platónicamente de Jude Law. Y, casi 20 años después de aquel flechazo cinematográfico, Paolo Sorrentino, director de la serie del Papa Pío XIII, ha logrado que vuelva a caer rendido a sus pies.

Ya no es el jovencito de rubio angelical y sonrisa pícara que me encandiló en la película de Anthony Minghella, pero Jude Law sigue conservando en su madurez, a sus 44 años, el atractivo intacto y, lo que es más importante, unas dotes magistrales para la interpretación. Aunque no haya sido debidamente reconocido.




Una papa atípico

En The Young Pope interpreta a Lenny Belardo, elegido por el Cónclave del Baticano, como el nuevo Papa de la Iglesia Católica. Una Santidad algo atípica, no sólo por su edad, uno de los más jóvenes de su historia, sino por la postura tan ultraconservadora que mantiene durante su papado, sobre todo con temas como la homosexualidad, la pedofilia o el aborto.

La serie es una maravilla, de esas producciones con dobles lecturas en todos y cada uno de sus diálogos, pero, sobre todo, tiene momentos magistrales, como la intro o cabecera que abre cada capítulo o el arranque de la misma, en la que vemos a un Jude Law que, en su cuarentena, no tiene ningún reparo en volver a enseñar el culo.



Una interesante reflexión de cómo se pretende luchar contra algunos aspectos de la sociedad cuando tienes el enemigo en casa. Y me estoy refiriendo a la homosexualidad, muy presente en un alto porcentaje de los representantes de Dios en la tierra o la pedofilia, cuando son bastante los sacerdotes pillados con las manos en la masa.

Pero, sin lugar a duda, mis momentos favoritos de la serie han sido cuando Lenny dejaba de ser Papa ("The Holy Father"), se calzaba su chándal blanco, que le sentaba de maravilla, por cierto, y salía por las calles de Roma o se ponía al tanto de los dimes y dirites de la curia romana en los tejados del Vaticano.


Por todo esto y por mucho más, pero sobre todo por Jude Law, el primer Papa al que adoro, no os deberíais perder The young Pope. Pero, por si queda alguna duda en el aire, os dejo un fragmento de una de las escenas que más me han gustado de la serie y que refleja muy bien el espíritu Sorrentino del que está impregnado esta serie.




Comentarios

  1. […] nuestro gusto es uno de los actores más atractivos de la industria del cine, con permiso de Jude Law. Un hombre de los más camaleónicos, que lo mismo nos gusta con barba que con la carita afeitada, […]

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