El vestuario de David. Capítulo 3

Al final voy a agregar a Pedro. No está de más tener un follamigo en el gimnasio y, después de la paja que me ha hecho en los baños, me he quedado con ganas de más. 

Molaría seguir conociéndole. Tiene pinta de ser buen tío y muy morboso. Además, si coincidimos en los horarios, ya es perfecto y me puede contar cómo está el rollo, quiénes son los chicos que más se dejan y demás. Mejor quedo mañana con él después de entrenar y así que me cuente.

¡Joder, qué bueno que está el entrenador este! Parece un armario, bajito y con unos brazacos que le van a hacer estallar la camiseta. Y lo mejor, el culazo. Redondo y respingón. Antes estaba recogiendo el material y no podía dejar de mirarlo. Cuando se agachaba se le marcaba todo el slip. Tengo que preguntarle a Pedro si es gay o no. Aunque, por lo que le he estado observando, tontea bastante con las chicas que le preguntan y le he fichado alguna que otra mirada a sus tetas. Así que me da a mí que es hetero. Pero bueno, en los gimnasios suele haber muchos heteros abiertos. 

- Ya estoy en el vestuario, vente en una rato que hay uno que parece que busca algo_ me escribe Pedro.

Perfecto. Entonces termino de hacer esta rutina de pecho y me meto con él a ver qué consigue. Lo mismo estreno la sauna, no estaría mal.

Ilustración de Smellslikequarentine.

Pero, ¿qué pasa aquí? ¡Menuda hay montada! Está todo el mundo gritando en el vestuario, al final, en la zona de las taquillas. Me acerco y entre las cabezas veo a Pedro que lo tienen agarrado y a otro tío, también. Los dos sin ropa, solo con la toalla. Le pregunto a uno y me dice que se han estado peleando porque Pedro le había mirado y se le había insinuado. Claro, con razón le llama maricón de mierda. ¡Vaya la que ha preparado!. Ahora ni sauna ni nada. 

Ya más calmado, sueltan al tío y se despeja todo el mundo. Coge sus cosas de la ducha y se va para las cabinas. Yo le pregunto a Pedro. Era el tío que me había dicho en el mensaje. Pero, nada, que se había estado sobando como había hecho conmigo y que el tío le empezó a insultar y se abalanzó contra él para pegarle. Era la primera vez que le pasaba, ya que había interpretado mal las señales que le lanzaba, y casi le pega. 

Nada, lo mejor entonces es que lo dejemos para otro día y me voy a la ducha. Y él para su casa, no vaya a ser que le vuelva a intentar pegar. Cuando llegó a las duchas, sólo había una chorro encendido y era la del chico de la pelea. Tiene la toalla fuera y se le ve la cabeza por arriba. El agua le cae en la cara y tiene una expresión de placer. Me meto en la de al lado y empiezo a oír unos ruidos que me ponen muy cachondo. El tío está gimiendo y oigo como se la está cascando. El agua cae a golpes y se esta dando duro con la mano en el cuerpo. 

Yo creo que se piensa que está solo y no se ha dado cuenta de que me he puesto en la ducha de al lado. Me estoy empezando a empalmar. Para que no me note no le doy a la ducha y miro para el suelo que es negro pizarra. Con el agua se ve por el reflejo cómo se pajea el cabrón. Tiene buen rabo, encima. Yo creo que en una de estas se corre con el rato que lleva ya. Apoya la mano que le queda libre en la cabina...creo que está a punto. Le da cada vez más rápido. En esas me agacho a ver si veo la leche caer. ¡Qué morbazo!. El tío empieza a gemir más fuerte, aunque trata de evitarlo, pero le es imposible. De repente, caen unos goterones blancos al agua. ¡Buff, qué buena corrida se ha pegado! Sí que ha aliviado tensiones. Y veo como el agua arrastra el semen hasta la alcantarilla. 

Me la ha puesto como una piedra. Se termina de duchar y yo sigo sin darle al agua hasta que se marche para que no me pille. No vaya a ser que traté de pegarme como a Pedro por espiarle. Lo único que me he dejado la toalla afuera, así que se dará cuenta de que hay otra persona en las duchas. Cuando se va, enciendo la ducha pero no puedo ducharme con la polla tan dura. Se me ocurren dos cosas. ¿Qué hago: me relajo en la sauna o me la casco en la ducha?

Relato de La Caja de Leche.

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